Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

sábado, 29 de octubre de 2016

Inmóvil permaneciste

Inmóvil permaneciste

Por ambas eternidades, y yo aprendí, sin duda, la lección.
En tus prácticas de combate sigilosos
no dejes que un indeciso neutral vaya en la retaguardia,
pues tras de ti se abrasará la tierra.
Mi dilema civil,
que aparece de nuevo atrincherando la tierra,
bajo el ritual de plomo de tus más ávidos amigos,
te abismó aún más en la confusión y cuando
me prestaste el arma para protegerme y la
muerte me guiño el ojo, tu promesa
y todo tú se esclarecieron ante mí.

De Wole Soyinka,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.43, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

martes, 25 de octubre de 2016

Veinte siglos

Veinte siglos

Para decirte, amor, que te deseo,
Sin los rubores falsos del instinto,
Estuve atada como Prometeo,
Pero una tarde me salí del cinto.

Son veinte siglos que movió mi mano
Para poder decirte sin rubores:
“Que la luz edifique mis amores”.
¡Son veinte siglos los que alzó mi mano!

Pasan las flechas sobre mis cabellos,
Pasan las flechas, aguzados dardos…
¡Son veinte siglos de terribles fardos!
Sentí su peso al libertarme de ellos.

De Alfonsina Storni,
en Alfonsina Storni - Antología, Losada, 1998.

sábado, 22 de octubre de 2016

Conversación Telefónica

Conversación Telefónica

El precio parecía razonable, el lugar
indiferente. La casera juró vivir
sin prejuicios. Nada quedaba salvo
la auto-confesión. “Madame”, advertí,
“Detesto perder un viaje- Soy Africano”.
Silencio. Transmisión silenciada de
fingida buena educación. Voz que llega
como larga boquilla dorada y tubular, impregnada de lápiz labial.
Fui sorprendido por su vileza.
“Qué tan oscuro?”... no había escuchado mal... “ Es usted claro o
muy oscuro?
Hedor a rancio vaho de refugio público para telefonear.
Cabina roja, buzón rojo, rojo autobús doble
aplastando el alquitrán. ¡Era real! Avergonzada
por el silencio enfermizo, llevé al límite su
turbación para suplicar explicación
ella, considerada, cambió el tono
“¿Es usted oscuro? ¿o muy claro?” advino la revelación
“Quiere usted decir, como chocolate puro, o con leche?”
Su asentimiento fue clínico, rayando en la frialdad de la luz.
Rápidamente, una vez ajustada la longitud de onda,
escogí Sepia Oeste- Africano- tras reflexionar dije:
“lo certifica mi pasaporte”. Silencio para un espectroscópico
vuelo de ilusión, hasta que el acento de su sinceridad retumbó
con fuerza en la bocina. ¿Cómo así? dijo condescendiente
“No sé lo que es”. “No del todo”
Facialmente, soy moreno, pero madame, debería ver usted
el resto de mí. Las palmas de mis manos, las plantas de mis pies
son de un rubio oxigenado. La fricción lo ha causado-
torpemente madame - por sentarme, mi trasero se ha tornado
Negro Cuervo- ¡Un momento madame! sintiendo
su auricular elevarse al sonido del trueno
en cuanto a mis orejas- “madame”, sugerí,
¿no preferiría verlas usted misma?

De Wole Soyinka,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.43, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

jueves, 20 de octubre de 2016

Cartilla (poética)

Cartilla (poética)

LA POESÍA tiene sus derechos.
Lo sé.
Soy el primero en sudar tinta
delante del papel.

La poseía crea las palabras.
Lo sé.
Esto es verdad y sigue siéndolo
diciéndola al revés.

La poesía exige ser sinceros.
Lo sé.
Le pido a Dios que me perdone
y a todo dios, excúsenme.

La poesía atañe a lo esencial
del ser.
No lo repitan tantas veces,
repito que lo sé.

Ahora viene el pero.

La poesía tiene sus deberes.
Igual que un colegial.
Entre yo y ella hay un contrato
social.

Ah las palabras más maravillosas,
«rosa», «poema», «mar»,
son m pura y otras letras:
o, a...

Si hay un alma sincera, que se guarde
(en el armario) su cantar.
¿Cuántos de vida y esperanza,
serán?

Pero yo no he venido para ver el cielo,
te advierto. Lo esencial
es la existencia; la conciencia
de estar
en esta clase o en la otra.

Es un deber elemental.

De Blas de Otero,
en Verso y Prosa, Ediciones Cátedra, 1982.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Estaré a su lado

Estaré a su lado
19/10/16 – Paro Nacional de Mujeres
Marcha “Ni una menos”

No soy de esos hombres
Que hacen sólo de sus causas
Bandera universal.
No soy de esos hombres
Que en manada
Deben demostrar que son ‘hombres’.
No soy de esos hombres
Que se creen patrones
De la mujer que aman.
No soy de esos hombres
Que arremeten impúdicos
Con sus bajos instintos.
No soy de esos hombres pequeñitos...
Y a ningún canario tuve
Encerrado en su jaula.

Por Félix Sánchez Durán.

martes, 18 de octubre de 2016

Hombre pequeñito

Hombre pequeñito

Hombre pequeñito, hombre pequeñito,
Suelta a tu canario que quiere volar...
Yo soy el canario, hombre pequeñito,
Déjame saltar.

Estuve en tu jaula, hombre pequeñito,
Hombre pequeñito que jaula me das. 
Digo pequeñito porque no me entiendes,
Ni me entenderás.

Tampoco te entiendo, pero mientras tanto
Ábreme la jaula que quiero escapar;
Hombre pequeñito, te amé media hora,
No me pidas más.

De Alfonsina Storni,
en Alfonsina Storni - Antología, Losada, 1998.

sábado, 15 de octubre de 2016

Capital

Capital

No puede ser
que el germen que ha nutrido la tierra
lo haya atendido el hombre. Una vez vi una cascada
de germen, una abundante lluvia de grano
que escupían vertedores de boca ancha
y saciedad satisfecha; juro que los granos
cantaban.
No puede ser
que la política, las deliberaciones
tornen las brasas de mi vida
en cenizas, y en mares contaminados
descansen tristes lechos de levadura que esponjan
la pasta
del mercado mundial.

De Wole Soyinka,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.43, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

jueves, 13 de octubre de 2016

A la inmensa mayoría

A la inmensa mayoría

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces 
comprendió: y rompió todos sus versos.

Así es, así fue. Salió una noche
echando espuma por los ojos, ebrio
de amor, huyendo sin saber adónde:
a donde el aire no apestase a muerto.

Tiendas de paz, brizados pabellones,
eran sus brazos, como llama al viento;
olas de sangre contra el pecho, enormes
olas de odio, ved, por todo el cuerpo.

¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces
en vuelo horizontal cruzan el cielo;
horribles peces de metal recorren
las espaldas del mar, de puerto a puerto.

Yo doy todos mis versos por un hombre
en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,
mi última voluntad. Bilbao, a once
de abril, cincuenta y uno.

De Blas de Otero,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.6, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

martes, 11 de octubre de 2016

Dulce tortura

Dulce tortura

Polvo de oro en tus manos fue mi melancolía;
Sobre tus manos largas desparramé mi vida;
Mis dulzuras quedaron a tus manos prendidas;
Ahora soy un ánfora de perfumes vacía.

Cuánta dulce tortura quietamente sufrida
Cuando, picada el alma de tristeza sombría,
Sabedora de engaños, me pasaba los días
¡Besando las dos manos que me ajaban la vida!

De Alfonsina Storni,
en Alfonsina Storni - Antología, Losada, 1998.

domingo, 9 de octubre de 2016

Soñé soñar

Soñé soñar

Soñé con reyes y con guillotinas, 
soñé con burgueses en el paredón, 
soñé con una corona de espinas 
y una cruz para Juan Carlos de Borbón. 
Soñé soñar con la Revolución.

Soñé con ricos cayendo en la ruina, 
con obreros que colgaban al patrón, 
soñé que los mineros de la mina 
se proclamaban en huelga del carbón. 
Soñé soñar con la Revolución.

Soñé verme en comunas parisinas 
Marsellesa al compás de acordeón, 
soñé que en las montañas trasandinas 
Bolívar llamaba a la Insurrección. 
Soñé soñar con la Revolución.

Soñé que las piedras palestinas 
vencían a los fusiles de Sión, 
soñé que en las guerrillas clandestinas 
el pueblo buscaba emancipación 
Soñé soñar con la Revolución.

Soñé soñar con la Revolución, 
soñé soñar con los ojos abiertos, 
y en mis sueños que soñaban despiertos 
obreros se alzaban en rebelión 
y gritaban “antes que esclavos, muertos”.

de Aitor Cuervo Taboada,
en http://solopoesiaypoemas.blogspot.com.ar/2012/12/aitor-cuervo-taboada-sone-sonar.html (9/10/16).

jueves, 6 de octubre de 2016

Receta para militares de alta graduación

Receta para militares de alta graduación

"La guerra, mientras se libre en el territorio de
otros, es buena para nuestra economía."
(John Steele Gordon
en el Brian Williams Show de la CNBC)

consiga usted primero que le mientan la hora,
que le rompan las insignias con un tallo de trigo
consiga, si lo tiene, despistar su cansancio
en una tarde húmeda cuando estallen las nubes

entonces no
tema usted la suerte:

un niño misterioso habrá de visitarle
entrando por su alcoba por donde venga el frío

allí ha de mirarle,
—justo en medio de la boca
—justo en medio de la herida

por donde cantan los hombres
que usted ha deshombrado

de Enrique Falcón,
en Taberna Roja y otros poemas, Baile del Sol, Tenerife, 2008.

miércoles, 5 de octubre de 2016

121

121

Regresas hoy a ese vientre primero
acurrucado como un sueño en el regazo,
regresas también a tu nombre y en mil pedazos
se quiebra la sonrisa triunfal del carcelero.
Hoy eres hijo por fin, has retornado,
ya no hay más mentiras frente al brutal espejo
porque no existe otra cosa en tu mirada que el reflejo
de aquellos que fuimos en un rincón de tu pasado.
Respira profundo, ya estás en casa,
hay un nuevo color en el cielo y en el viento
que pinta cada huella que te trajo a este momento,
sos la esperanza feliz de un pueblo que te abraza.

de Alejandro Ippolito,
en https://www.facebook.com/alejandro.ippolito.7?fref=nf (5/10/16).

martes, 4 de octubre de 2016

Tierra averno

Tierra averno

El estupor es el de Dios, a mitad de su camino
braman las cosas su dolor de hombre.

De todo mi Dios este canturreo
que lleva en las caderas el amor todo del mundo:

sólo el aire me pregunta
quién trajo a los muertos, qué es lo que no dicen

y por qué calla mi Dios
las respuestas ensilladas en las tumbas del aire.

de Enrique Falcón,
en Taberna Roja y otros poemas, Baile del Sol, Tenerife, 2008.

domingo, 2 de octubre de 2016

Todos vosotros

Todos vosotros

(Poema que la gente de las asambleas barriales
de Matanzas, Argentina, pidió acompañar
la guitarra sublevada de Javier Peñañori)

Para ser la mano y la protesta
que combaten con pan la bruma en un cuchillo.

Para transformar el miedo largo que nos sitia
y decir que no hay victoria
ni en los perros del amo ni en su caza del hombre.

Porque van a mirarnos los hijos del tiempo
altamente en su grito hermano decisivo
cuando estalla con la siembra su asirse a la esperanza.

Porque la vida, pese a todo, importa y con ella resistimos,
así puedas tú abrirme y escucharme:
que aquí se te invita a levantarte.

Por detrás del precipicio,
clarea urgente el canto de la espiga
desde el suelo que sois todos vosotros.

de Enrique Falcón,
en Taberna Roja y otros poemas, Baile del Sol, Tenerife, 2008.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

S/Tít (Cuando el verdugo se sienta en el sillón del juez...)

Cuando el verdugo se sienta en el sillón del juez
el horizonte se yergue vertical
y se inclina a la derecha la balanza,
los demonios se visten como ángeles 
santiguándose libres de todo mal 
y entonces la espera pierde su esperanza.

Cuando el verdugo se sienta en el sillón del juez
la lluvia comienza a caer del suelo
las nubes, simplemente, se arrastran por el mar
y los árboles hunden sus raíces en el cielo.

Cuando el verdugo se sienta en el sillón del juez
cuidando las formas y con gesto amable
afila su cuchilla mientras interroga
al que, de todas formas, señalará culpable.

Cuando el verdugo se sienta en el sillón del juez
los pájaros caminan y vuelan los cerdos
las espinas se clavan en las yemas de las flores
y los únicos locos que existen son los cuerdos.

Cuando el verdugo se sienta 
en el sillón del juez
se asombran los asombros 
y se tiemblan los miedos,
se desempaloman todas las palomas 
y se naufragan de una en una las mañanas,
se retrasan mansamente los atrasos, 
se apresuran las perezas,
se hierven los hielos 
y los engaños se desengañan.

Cuando el verdugo se sienta en el sillón del juez
se nos pone de piedra la piel de tanto rascarnos el asco,
los ojos tratan de no ver, los párpados son ventanas de papel
que se abren y se cierran con el mismo resultado.

Se insultan los amores, se acarician con las garras,
se gritan los silencios y se besan las brasas.

Todo se retuerce, se da vuelta, se arrodilla y se disuelve
cuando el verdugo se sienta en el sillón del juez,
se entregan las banderas, se desguaza el futuro
y en la historia solo existe aquello que no es.

De Alejandro Ippolito,
en https://www.facebook.com/alejandro.ippolito.7?hc_ref=NEWSFEED&fref=nf (20/9/16).