Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

viernes, 8 de julio de 2016

Estereotipo (J.L.)

Estereotipo (J.L.)

Ciega la mente
de aquél que cree
que toda manzana
está envenenada
sólo por haber visto
Blancanieves.

Por Félix Sánchez Durán.

jueves, 7 de julio de 2016

En el gueto (canción)

En el gueto

Mientras cae la nieve
en una fría y gris mañana de Chicago,
un pequeño niño nace en la miseria,
del gueto (en el gueto).

Y su madre llora
porque si hay algo que no necesita en este momento
es alimentar otra boca hambrienta
en el gueto (en el gueto).

¿Acaso no podemos comprender
que ese niño necesita nuestra ayuda
o crecerá para ser un manojo de ira, de furia?
Tomémonos un tiempo para pensar.
¿Tan ciegos somos para entender?
¿Voltearemos las cabezas, dejaremos de mirar..?

Y el mundo sigue girando...
...y el rabioso pequeño, con su nariz moqueando,
mientras el frío viento sopla, por las calles va jugando
del gueto (en el gueto).

Pero el hambre lo abruma
y empieza a vaguear por las calles nocturnas,
aprendiendo a robar, a pelear aprendiendo,
por el gueto (en el gueto).

Y es así como una noche desesperada
la historia del joven acaba:
compra un arma, roba un auto,
se da a la fuga, pero no escapa...
y su madre llora.

Una muchedumbre se agolpa ante la ira del joven,
volteado en la calle, empuñando el revolver,
en el gueto (en el gueto).

Y mientras el joven muere
en una fría y gris mañana de Chicago,
otro niño está naciendo
en el gueto (en el gueto)

y su madre llora... (en el gueto).
(En el gueto)
(Aah-aah)

de Mac Davis,
en From Elvis in Memphis (Elvis Presley), RCA Records, 1969.
Traducción: Félix Sánchez Durán.

martes, 5 de julio de 2016

Autobiografía

Autobiografía

Mi pecado es terrible:
quise llenar de estrellas
el corazón del hombre.

Por eso aquí entre rejas
en diecinueve inviernos
perdí mis primaveras.

Preso desde la infancia
y a muerte mi condena,
mis ojos van secando
su luz contra las piedras.

Mas no hay sombra ni venganza
recorriendo por mis venas.

¡España! sólo es el grito
de mi dolor que sueña.

de Marcos Ana,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.19, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

jueves, 30 de junio de 2016

La mente se pudre...

La mente se pudre...

La mente se pudre.
 La mente es carne 
 y mucho antes que el cuerpo se pudre.
 Si no se mueve, si no se duda, 
 si no se busca en los rincones, se pudre.
 Si no se sospecha de los impostores,
 si no se educa en la discusión
 y los debates,
 si no se aceitan sus pliegues con
 lo mejor de las palabras,
 se pudre.
 Si no se prospera en las razones
 aunque se falle,
 si no se convoca a la memoria
 para que ilumine los abismos insondables,
 se pudre.
 Cuando se toma todo como está,
 cuando escasean las herramientas
 para sopesar posibilidades,
 cuando se nutre de bestialidades,
 de supersticiones, de ciencia falsa,
 cuando colman su espacio
 las engañosas realidades 
 que le imponen las pantallas,
 se pudre.
 Cuando no le importa, 
 cuando no le interesa,
 cuando le da lo mismo, 
 se pudre.
 Cuando aplaude la estupidez y
 se ríe a carcajadas con la burla imbécil
 mientras señala al bufón que la mira
 en el espejo,
 se pudre.
 Mucho antes que nos alcance la muerte,
 apenas nos decidimos a ignorar por cobardía y
 explorar los caminos de una vida vacía,
 desde que nos dejamos ganar las horas 
 por los mercaderes siniestros de la orquestada mentira,
 la mente se entrega a una triste agonía
 y entre aplausos y gritos celebra la nada,
 la superficie plana que le reserva su apatía,
 un destino de borracheras con el alcohol del olvido,
 un licor que anestesia todos los sentidos.
 La mente se pudre,
 si no se la empuja y se le exige a gritos que despierte,
 para que abandone lo absurdo 
 y despegue las rodillas del suelo,
 para que no distraiga sus días masticando anzuelos
 arrojados desde la orilla de los dueños del mundo.
 La mente se pudre si no se piensa,
 si no se filtra, si no se ensayan las propias palabras
 para explicar el universo, si no nos volvemos poetas,
 filósofos, alquimistas del sueño, 
 abogados del diablo y fiscales del pueblo.
 Si no nos damos cuenta que nos están comiendo,
 que nos dan cuerda y nos arrojan al cemento
 para que bailemos al son de una comparsa de silencios,
 la mente se pudre como se nos pudre el tiempo.

de Alejandro Ippolito,
en https://www.facebook.com/alejandro.ippolito.7?fref=nf&pnref=story (28/6/16).

miércoles, 29 de junio de 2016

Balada de los dos hermanos

Balada de los dos hermanos

Dos caminos,
hermano,
dos caminos:
el derecho,
el izquierdo.
Míralos.

Pero tú te marchaste con los santos,
las engañadas vírgenes
y los hombres extáticos.

El oro imaginario de los cielos
se convirtió en el oro de los Bancos.
Las alas de los ángeles se volvieron cuchillos
y tú,
hermano,
un rico militante reaccionario.

Que la Iglesia te premie,
que te premie tu Estado,
que el Papa
ponga su pie al alcance de tus labios;
que los obreros y los campesinos
te cuelguen de una estaca como un espantapájaros.
Así tu muerte hará crecer sus trigos.

Dos caminos,
hermano:
el derecho,
el izquierdo...
Hacia ti avanzo yo desde este lado

de Rafael Alberti,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.21, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

domingo, 26 de junio de 2016

El derecho al delirio (Extracto)

El derecho al delirio  (Extracto)

¿Qué tal si deliramos por un ratito?
¿Qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia
para adivinar otro mundo posible?
El aire estará limpio de todo veneno
que no provenga de los miedos humanos
y de las humanas pasiones.
En las calles,
los automóviles serán aplastados por los perros.
La gente no será manejada por el automóvil,
ni será programada por la computadora,
ni será comprada por el supermercado,
ni será tampoco mirada por el televisor.
El televisor dejará de ser
el miembro más importante de la familia
y será tratado como la plancha o el lavarropas.
Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez
que cometen quienes viven por tener o por ganar
en vez de vivir por vivir no más
como canta el pájaro sin saber que canta
y como juega el niño sin saber que juega.
En ningún país irán presos los muchachos
que se nieguen a cumplir el servicio militar
sino los que quieran cumplirlo.
Nadie vivirá para trabajar
pero todos trabajaremos para vivir.
Los economistas no llamarán “nivel de vida”
al nivel de consumo
ni llamarán calidad de vida
a la cantidad de cosas.
Los cocineros no creerán que a las langostas
les encanta que las hiervan vivas.
Los historiadores no creerán que a los países
les encanta ser invadidos.
Los políticos no creerán que a los pobres
les encanta comer promesas.
La solemnidad se dejará de creer que es una virtud
y nadie, nadie tomará en serio a nadie
que no sea capaz de tomarse el pelo.
La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes
y ni por defunción ni por fortuna
se convertirá el canalla en virtuoso caballero.
La comida no será una mercancía
ni la comunicación un negocio,
porque la comida y la comunicación
son derechos humanos.
Nadie morirá de hambre
porque nadie morirá de indigestión.
Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura
porque no habrá niños de la calle.
Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero
porque no habrá niños ricos.
La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla
y la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla. 
La justicia y la libertad, hermanas siamesas,
condenadas a vivir separadas
volverán a juntarse bien pegaditas espalda contra espalda.
En Argentina, las locas de plaza de mayo
serán un ejemplo de salud mental
porque ellas se negaron a olvidar
en los tiempos de la amnesia obligatoria.
La santa madre iglesia corregirá  algunas erradas
de las tablas de Moisés
y el sexto mandamiento ordenará
festejar el cuerpo.
La iglesia también dictará otro mandamiento
que se le había olvidado a Dios:
“Amarás a la naturaleza de la que formas parte”.
Serán reforestados los desiertos del mundo
y los desiertos del alma.
Los desesperados serán esperados
y los perdidos serán encontrados
porque ellos se desesperaron  de tanto esperar
y ellos se perdieron por tanto buscar.
Seremos compatriotas y contemporáneos
de todos los que tengan
voluntad de belleza y voluntad de justicia
hayan nacido cuando hayan nacido
y hayan vivido donde hayan vivido
sin que importe ni un poquito
las fronteras del mapa ni del tiempo.
Seremos imperfectos porque la perfección
seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses,
Pero en este mundo,
en este mundo chambón y jodido
seremos capaces de vivir cada día como si fuera el primero
y cada noche como si fuera la última.

De Eduardo Galeano,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.18, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

viernes, 24 de junio de 2016

Dioses

Dioses

Los dioses de marfil,
y los dioses de ébano,
y los dioses de diamantes y jade,
posan silenciosamente en las repisas de sus templos
mientras la gente
les teme.
Sin embargo, los dioses de marfil,
y los dioses de ébano,
y los dioses de diamante y jade,
son tan sólo marionetas insignificantes
creadas
por esa propia gente.

de Langston Hughes,
en http://www.poemhunter.com/poem/gods-6/ (8/6/16).
Traducción de Félix Sánchez Durán.

miércoles, 22 de junio de 2016

Autorretrato

Autorretrato 

1
Soy Pinochet, el Funeral Verdugo,
el gran Funeralísimo chileno.
Tengo por alma un batallón de cieno
y por cabeza un general tarugo.

Cuando mato me arrugo y desarrugo
como culebra de mortal veneno;
chupo la sangre y todo lo gangreno
con mis flechas gamadas bajo el yugo.

El más odiado y escupido soy
de la fétida rastra de fecales
ratas que vomitó letrina oscura.
Soy Pinochet, es esto lo que doy:
la libertad para los criminales
y para el pueblo ni la sepultura.


Achtung! De Chile al fin escalé el trono
yo, Pinochet, el funeral comprado
sobre un gran Presidente asesinado,
con cuya viva sangre me corono.

Yo soy el que encarcelo y encañono
a un valeroso pueblo desgarrado.
El mirarlo a mis pies exterminado
es la gloria más alta que ambiciono.

Achtung, achtung! La historia de mañana
ya me nombra en la era hitleriana
vil asteroide y yanki aborrecido,
aunque entre tanto para el mundo entero
soy Pinochet, tapón de estercolero
y el Gran Funeralísimo vendido.

3
Gran Presidente: mírame mordiendo
tu poderosa sangre acribillada.
Soy Pinochet, el de la mano armada,
el asesino de la mano ardiendo.

Heme aquí babeando y escupiendo
sobre tu viva imagen destrozada,
viejo vampiro urgido de la nada
para sorber la luz que ibas abriendo.

Gran Presidente: soy lombriz, gorgojo,
hijo espúreo de escoba y estropajo,
pulga servil pagada por la gente
que aplasta al hombre como aplasta un piojo
el más mínimo y triste renacuajo,
difunto ya a tus pies, Gran Presidente.

de Rafael Alberti,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.21, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

domingo, 19 de junio de 2016

Día del servicio doméstico

Marzo
30

Día del servicio doméstico

Maruja no tenía edad.
De sus años de antes, nada contaba.  De sus años
de después, nada esperaba.
No era linda, ni fea, ni más o menos.
Caminaba arrastrando los pies, empuñando el plumero,
o la escoba, o el cucharón.
Despierta, hundía la cabeza entre los hombros.
Dormida, hundía la cabeza entre las rodillas.
Cuando le hablaban, miraba el suelo,
como quien cuenta hormigas.
Había trabajado en casas ajenas desde que tenía memoria.
Nunca había salido de la ciudad de Lima.
Mucho trajinó, de casa en casa, y en ninguna se hallaba.
Por fin, encontró un lugar donde fue tratada
como si fuera persona.
A los pocos días se fue.
Se estaba encariñando.

De Eduardo Galeano,
en Los hijos de los días, Siglo XXI, 2012.

viernes, 17 de junio de 2016

Democracia

Democracia

La democracia no vendrá
el día de hoy, ni este año,
ni nunca,
a través del compromiso y el miedo.

Tengo tanto derecho
como el resto de ciudadanos
para mantenerme erguido
sobre mis dos pies
y ser propietario de la tierra.

Me canso de escuchar lo que dice la gente:
Deja que las cosas sigan su curso.
Mañana será otro día.
No necesitaré mi libertad cuando esté muerto.
No puedo vivir con el pan de mañana.

Libertad
es una semilla fuerte
plantada
en una gran necesidad.

Yo vivo aquí, también.
Quiero libertad
como usted.

de Langston Hughes,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.77, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2014.

miércoles, 15 de junio de 2016

A las Brigadas Internacionales

A las Brigadas Internacionales

Venís desde muy lejos... Mas esta lejanía
¿qué es para vuestra sangre que canta sin fronteras?
La necesaria muerte os nombra cada día,
no importa en qué ciudades, campos o carreteras.

De este país, del otro, del grande, del pequeño,
del que apenas si al mapa da un color desvaído,
con las mismas raíces que tiene un mismo sueño,
sencillamente anónimos y hablando habéis venido.

No conocéis siquiera ni el color de los muros
que vuestro infranqueable compromiso amuralla.
La tierra que os entierra la defendéis seguros,
a tiros con la muerte vestida de batalla.

Quedad, que así lo quieren los árboles, los llanos,
las mínimas partículas de la luz que reanima
un solo sentimiento que el mar sacude: ¡Hermanos!
Madrid con vuestro nombre se agranda y se ilumina.

Madrid, diciembre de 1936

de Rafael Alberti,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.21, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

miércoles, 8 de junio de 2016

A Ernesto Che Guevara

A Ernesto Che Guevara

Te conocí de niño
allá en el campo aquel de Córdoba argentina,
jugando entre los álamos y los maizales,
las vacas de las viejas quintas, los peones...

No te vi más hasta que supe un día
que eras la luz ensangrentada, el norte,
esa estrella
que hay que mirar a cada instante
para saber en dónde nos hallamos.

de Rafael Alberti,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.21, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

jueves, 26 de mayo de 2016

El niño yuntero

El niño yuntero

Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.

Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.

Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.

Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.

Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.

Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.

A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.

Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.

Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.

Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.

Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.

¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?

Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.

de Miguel Hernández,
 en Breve Antología Poética, Instituto de Estudios Giennenses, 2014.

martes, 24 de mayo de 2016

Canción del esposo soldado

Canción del esposo soldado

He poblado tu vientre de amor y sementera,
he prolongado el eco de sangre a que respondo
y espero sobre el surco como el arado espera:
he llegado hasta el fondo.

Morena de altas torres, alta luz y altos ojos,
esposa de mi piel, gran trago de mi vida,
tus pechos locos crecen hacia mí dando saltos
de cierva concebida.

Ya me parece que eres un cristal delicado,
temo que te me rompas al más leve tropiezo,
y a reforzar tus venas con mi piel de soldado
fuera como el cerezo.

Espejo de mi carne, sustento de mis alas,
te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.
Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,
ansiado por el plomo.

Sobre los ataúdes feroces en acecho,
sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa
te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho
hasta el polvo, esposa.

Cuando junto a los campos de combate te piensa
mi frente que no enfría ni aplaca tu figura,
te acercas hacia mí como una boca inmensa
de hambrienta dentadura.

Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,
y defiendo tu vientre de pobre que me espera,
y defiendo tu hijo.

Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado,
envuelto en un clamor de victoria y guitarras,
y dejaré a tu puerta mi vida de soldado
sin colmillos ni garras.

Es preciso matar para seguir viviendo.
Un día iré a la sombra de tu pelo lejano.
Y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo
cosida por tu mano.

Tus piernas implacables al parto van derechas,
y tu implacable boca de labios indomables,
y ante mi soledad de explosiones y brechas
recorres un camino de besos implacables.

Para el hijo será la paz que estoy forjando.
Y al fin en un océano de irremediables huesos
tu corazón y el mío naufragarán, quedando
una mujer y un hombre gastados por los besos.

de Miguel Hernández,
 en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.11, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

lunes, 23 de mayo de 2016

De sombras y reflectores... (II)

De sombras y reflectores... (II)

Una luz pequeña
Puede iluminar
El lugar más oscuro,
Eso no lo dudo.
Pero un poco de oscuridad
Puede también opacar
El más glorioso amanecer.

Por Félix Sánchez Durán.