Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.

domingo, 18 de mayo de 2014

Los invitados

Los invitados

Mi mesa está servida pero los invitados se han retrasado.

¿Olvidaron mi invitación, perdieron la dirección mientras venían? ¿Qué mal pudo ocurrirles?

Espero desde hace horas, “con la oreja pegada a la puerta”. Tampoco sé cuántos serán, si usarán ropa de invierno o de verano, en qué lengua me saludarán al entrar.

Mi mesa está servida. Esperaré el tiempo que haga y el que no haga falta. Y si fuera víctima de una ilusión, insistiría. Inventaría amistades extrañas, de caras francas y fáciles de leer como libros para niños, con voces de acentos deliciosos y bocas pequeñas que compartirían hasta un grano de cuscús.

Mi mesa está servida. La preparé con todos mis conocimientos, con amor. La música me ayuda a soportar la espera. Conmueve mis guisados, hace brillar mis aceitunas, libera los perfumes de mis especias.

Por fin, oigo ruido de pisadas. Me levanto para abrir. Pero la puerta vuela en pedazos. ¿Están allí mis invitados? Irrumpen unos hombres sin rostro, arma en mano. No me tienen consideraciones.

Le disparan a la mesa hasta reducirla a polvo y se retiran sin decir palabra. La música termina.


Después de todo, no me queda más que recoger y preparar una nueva comida.

De Abdellatif Laâbi,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.29, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

La época es banal

La época es banal

La época es banal
menos sorprendente que la tarifa de una prostituta
Los sátrapas se divierten mucho
con el juego de la verdad
Los desheredados se convierten en masa
a la religión de la Lotería
Los amantes se separan
por un kilo de plátanos
El café no es ni más ni menos amargo
El agua se queda en el estómago
La sequía golpea a los más hambrientos
Los terremotos se complacen en complicar
la tarea de los salvadores
La música se enfría
El sexo guía el mundo
Sólo los perros siguen soñando
a lo largo de tardes y noches enteras

De Abdellatif Laâbi,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.29, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

El derecho de rebelarte

El derecho de rebelarte

El derecho de rebelarte lo emplearás
pase lo que pase

El deber de discernir
desvelar
lacerar
cada cara de la abyección
lo saldarás
a rostro descubierto

Del grano de luz
dispensado a tu especie
caído en tus entrañas
te harás guarda y vestal

Cumplidas estas condiciones
merecerás tu verdadero nombre
hombre de palabra
o si se quiere poeta

De Abdellatif Laâbi,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.29, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

Cuatro años

Cuatro años

Pronto hará cuatro años
que me arrancaron de ti
de mis camaradas
de mi pueblo
me amarraron
vendaron mis ojos
se prohibieron mis poemas
mi nombre
fui desterrado a una isla
de betún y roña
colocaron un número
en la espalda de mi ausencia
me prohibieron
los libros que amo
las noticias
la música
y para verte
un cuarto de hora por semana
a través de dos rejas separadas por un pasillo
todavía allí
bebían la sangre de nuestras palabras
con un cronómetro
en el cerebro.

De Abdellatif Laâbi,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.29, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

viernes, 16 de mayo de 2014

A los que dudan

A los que dudan

Nuestra causa va mal.
La oscuridad aumenta. Las fuerzas disminuyen.
Ahora, después de haber trabajado durante tanto tiempo
nos hallamos en una situación peor que al comienzo.

Sin embargo, el enemigo sigue ahí, más fuerte que nunca.
Sus fuerzas parecen acrecentadas y presenta un aspecto
invencible.
No se puede negar que hemos cometido errores.
Nuestro número se reduce. Nuestras palabras de orden
se encuentran en desorden. El enemigo
distorsiona muchas de nuestras palabras hasta hacerlas
irreconocibles.
Aquello que dijimos, ahora parece falso: ¿Mucho o poco,
con qué contamos ya? ¿Somos lo que ha quedado,
marginados de la corriente de la vida?
¿Marcharemos hacia atrás, sin nadie que nos comprenda
y sin comprender a los demás?
¿No hemos tenido suerte?

Tú preguntas estas cosas. No esperes ninguna respuesta
salvo la tuya.

De Bertolt Brecht,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.4, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2012.

miércoles, 14 de mayo de 2014

El caballo muerto

El caballo muerto

Media noche. Sobre las piedras
de la calzada hay un caballo muerto.
Aún faltan cinco horas
para que venga el carro de "La Única"
y se lo lleve. Ese caballo viejo,
hedoroso de sangre coagulada,
ese pobre vencido, fue un obrero.

Un hermano del pájaro, un hermano del perro.
Fue el hermano caballo que anduvo bajo el sol,
que anduvo bajo el agua, que anduvo entre los vientos
tirando de los carros
con los ojos cubiertos.
Fue el hermano caballo. Ninguno irá a su entierro.

De Raúl González Tuñón,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.32, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

lunes, 12 de mayo de 2014

Meditaciones sobre la duración del exilio

Meditaciones sobre la duración del exilio

No pongas ningún clavo en la pared,
tira sobre una silla tu chaqueta.
¿Vale la pena preocuparse para cuatro días?
Mañana volverás.

No te molestes en regar el arbolillo.
¿Para qué vas a plantar otro árbol?
Antes de que llegue a la altura de un escalón
alegre partirás de aquí.

Cálate el gorro si te cruzas con gente.
¿Para qué hojear una gramática extranjera?
La noticia que te llame a tu casa
vendrá escrita en idioma conocido.

Del mismo modo que la cal cae de las vigas
(no te esfuerces por impedirlo),
caerá también la alambrada de la violencia
erigida en la frontera
contra la justicia.

2

Mira ese clavo que pusiste en la pared.
¿Cuándo crees que volverás?
¿Tú quieres saber lo que crees tú en el fondo?
Día a día
trabajas por la liberación,
escribes sentado en tu cuarto.
¿Quieres saber lo que piensas de tu trabajo?
Mira el pequeño castaño en el rincón del patio
al que un día llevaste una jarra de agua.

De Bertolt Brecht,
en Poemas y canciones, Alianza Editorial, 1997.

jueves, 8 de mayo de 2014

A los locos subidos al muro

A los locos subidos al muro

Aullad, aullad 
que el corazón tenéis cuajado y estadizo,
con vosotros no puedo partir
compañeros de la boya hendida
no puedo ir en busca
del puerto de vuestra orilla a la deriva.

Vuestro prudente aislamiento
¿quién osará reprobar? Agazapados
en vuestro alféizar, ¿observáis
las cenizas de la realidad, su extraño discurrir?
Me temo
que os habéis aventurado en el infinito
para regresar
hablando en lenguas extranjeras.

Aunque los muros
desgarren las costuras raídas
del manto mágico que compartimos, ya
más no puedo acercarme
y aunque le cierre los oídos
a la melodía de la partida, aullad
en la hora del sueño, decidles a estos muros
que hay un colmo para la aflicción
en el corazón del hombre.

De Wole Soyinka,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.43, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

sábado, 26 de abril de 2014

Defensa de los lobos contra los corderos

Defensa de los lobos contra los corderos

¿queréis que los buitres devoren nomeolvides?
¿del chacal qué cosa pretendéis,
que se despoje de su piel, y del lobo:
debe arrancarse por sí mismo los colmillos?
¿qué os disgusta tanto
de comisarios y pontífices?
¿qué miráis boquiabiertos
en la mentirosa pantalla del televisor?
¿quién le cose al mariscal
la franja de sangre en los pantalones?
¿quién le trinca el capón al usurero?
¿quién se cuelga orgulloso del ombligo gruñón
esas cruces de lata? ¿quién
coge la propina, la moneda de plata,
el óbolo del silencio?

muchos son los robados, y pocos los ladrones.
pero ¿quién los aplaude? ¿quién
los condecora y distingue? ¿quién
está hambriento de mentiras?

contemplaos al espejo: cobardes
que os asusta la verdad fatigosa
y os repugna aprender
y encomendáis a los lobos la función de pensar.
un anillo en la nariz es vuestra joya predilecta.
para vosotros ningún engaño es lo bastante estúpido,
ningún consuelo demasiado barato,
ningún chantaje demasiado blando.
comparados a vosotros, corderos
que mutuamente enceguecéis
son fraternales las cornejas.

entre los lobos reina la hermandad:
siempre van en manadas.
alabados sean los ladrones: vosotros
invitándolos a la violación,
os echáis en las camas podridas
de la obediencia, y mentís
incluso gimoteando, lo que deseáis
es que os devoren. Vosotros
no cambiaréis el mundo.

Traducción del poema: Heberto Padilla

De Hans Magnus,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.24, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

viernes, 25 de abril de 2014

El analfabeto político

El analfabeto político

El peor analfabeto 
es el analfabeto político. 
No oye, no habla 
ni participa en los acontecimientos políticos. 
No sabe que el coste de la vida, 
el precio de las judías, 
del pescado, de la harina, 
del alquiler, de los zapatos 
y de las medicinas 
dependen de decisiones políticas. 

El analfabeto político 
es tan asno que se enorgullece 
y saca pecho diciendo 
que odia la política. 
No sabe el imbécil que 
de su ignorancia política 
nace la prostitución, 
el niño abandonado, el atracador 
y el peor de todos los bandidos: 
el político delincuente, 
canalla, corrupto 
y lacayo de las empresas nacionales 
y multinacionales. 
  
(En: Brecht, Poemas 1913-1956. 
Edit. Brasiliense, 1986. 
Versión: A. Marcos.) 

De Bertolt Brecht,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.4, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2012.