Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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domingo, 4 de febrero de 2024

Cerca

Cerca

Cerca de ti, ¿por qué tan lejos verte?
¿Por qué noche decir, si es mediodía?
Si arde mi piel, ¿por qué la tuya es fría?
si digo vida yo, ¿por qué tú muerte?
 
Ay, ¿por qué este tenerte sin tenerte?
Este llanto ¿por qué, no la alegría?
¿Por qué de mi camino te desvía
quien me vence tal vez sin ser más fuerte?
 
Silencio. Nadie a mi dolor responde.
Tus labios callan y tu voz se esconde.
¿A quién decir lo que mi pecho siente?
 
A ti, François Villón, poeta triste,
lejana sombra que también supiste
lo que es morir de sed junto a la fuente.

de Nicolás Guillén,
en Antología poética, Acercándonos Ediciones, 2014. 

lunes, 29 de enero de 2024

Pero que te pueda ver

Pero que te pueda ver

Si es que me quieres matar,
no esperes a que me duerma,
pues no podré despertar.
Muerto,
ay, muerto y también dormido,
no es ni morir ni soñar,
no es ni recuerdo no olvido.
Muerto,
ay, muerto y también dormido.

Mátame al amanecer,
o de noche, si tú quieres;
pero que te pueda ver
la mano;
pero que te pueda ver
las uñas;
pero que te pueda ver
los ojos,
pero que te pueda ver.

de Nicolás Guillén,
en Antología poética, Acercándonos Ediciones, 2014. 

martes, 28 de noviembre de 2023

Palabras fundamentales

Palabras fundamentales

Haz que tu vida sea
campana que repique
o surco en que florezca y fructifique
el árbol luminoso de la idea.
Alza tu voz sobre la voz sin nombre
de todos los demás, y haz que se vea
junto al poeta, el hombre.

Llena todo tu espíritu de lumbre;
busca el empinamiento de la cumbre,
y si el sostén nudoso de tu báculo
encuentra algún obstáculo a tu intento,
¡sacude el ala del atrevimiento
ante el atrevimiento del obstáculo!

de Nicolás Guillén,
en Antología poética, Acercándonos Ediciones, 2014. 

miércoles, 5 de abril de 2023

LA MURALLA

LA MURALLA

Para hacer esta muralla,
tráiganme todas las manos:
los negros sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.
Ay,
una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
allá sobre el horizonte.

- ¡ Tun,tun!
- ¿Quién es?
- Una rosa y un clavel...
- ¡Abre la muralla!

- ¡Tun, tun!
- ¿Quién es?
- El sable del coronel...
- ¡Cierra la muralla!

- ¡ Tun, tun!
- ¿Quién es?
- La paloma y el laurel...
- ¡Abre la muralla!

- ¡Tun, tun!
- ¿Quién es?
- El alacrán y el ciempiés...
- ¡Cierra la muralla!

Al corazón del amigo.
abre la muralla;
al veneno y al puñal,
cierra la muralla;
al mirto y la yerbabuena,
abre la muralla:
al diente de la serpiente,
cierra la muralla;
al ruiseñor en la flor,
abre la muralla...

Alcemos una muralla
juntando todas las manos;
los negros, sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.
Una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
allá sobre el horizonte ...

de Nicolás Guillén,
en Una mano tomó la otra - Poemas para construir sueños (selección de Pedro Hilario Silva y otros), Comunidad de Madrid, 2004.

viernes, 29 de octubre de 2021

Angustia Cuarta

Angustia Cuarta

Federico

Toco a la puerta de un romance.
--¿no anda por aquí Federico?
Un papagayo me contesta:
--Ha salido.

Toco a una puerta de cristal.
--¿No anda por aquí Federico?
Viene una mano y me señala:
--Está en el río.

Toco a la puerta de un gitano.
--¿No anda por aquí Federico?
Nadie responde, no habla nadie...
--¡Federico! ¡Federico!

La casa oscura, vacía;
negro musgo en las paredes;
brocal de pozo sin cubo,
jardín de lagartos verdes.

Sobre la tierra mullida
caracoles que se mueven,
y el rojo viento de julio
entre las ruinas, meciéndose.

¡Federico!
¿Dónde el gitano se muere?
¿Dónde sus ojos se enfrían?
¡Dónde estará, que no viene!

(Una canción)

Salió el domingo, de noche,
salió el domingo, y no vuelve
 Llevaba en la mano un lirio,
llevaba en los ojos fiebre;
el lirio se tornó sangre,
la sangre tornóse muerte.

(Momento en García Lorca)

Soñaba Federico en nardo y cera,
y aceituna y clavel y luna fría.
Federico, Granada y Primavera.

En afilada soledad dormía,
al pie de sus ambiguos limoneros,
echado musical junto a la vía.

Alta la noche, ardiente de luces
arrastraba su cola transparente
por todos los caminos carreteros.

«¡Federico!», gritaron de repente,
con las manos inmóviles, atadas,
gitanos que pasaban lentamente.
¡Qué voz la de sus venas desangradas!
¡Qué ardor el de sus cuerpos ateridos!
¡Qué suaves sus pisadas, sus pisadas!

Iban verdes, recién anochecidos;
en el duro camino invertebrado
caminaban descalzos los sentidos.

Alzóse Federico, en luz bañado.
Federico, Granada y Primavera.
Y con luna y clavel y nardo y cera,
los siguió por el monte perfumado.

De Nicolás Guillén,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.22, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

lunes, 18 de octubre de 2021

Adivinanzas

Adivinanzas

En los dientes, la mañana,
y la noche en el pellejo.
¿Quién será, quién no será?
-El negro.

Con ser hembra y no ser bella,
harás lo que ella te mande.
¿Quién será, quién no será?
-El hambre.

Esclava de los esclavos,
y con los dueños, tirana.
¿Quién será, quién no será?
-La caña.

Escándalo de una mano
que nunca ignora la otra.
¿Quién será, quién no será?
-La limosna.

Un hombre que está llorando
con la risa que aprendió.
¿Quién será, quién no será?
-Yo.

De Nicolás Guillén,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.22, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

miércoles, 23 de junio de 2021

Lynch

Lynch

Lynch de Alabama.
Rabo en forma de látigo
y pezuñas terciarias.
Suele manifestarse
con una gran cruz en llamas.
Se alimenta de negros, sogas,
fuego, sangre, clavos,
alquitrán.

                     Capturado
junto a una horca. Macho.
Castrado.
de Nicolás Guillén,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

jueves, 13 de mayo de 2021

El hambre

El hambre

Esta es el hambre. Un animal
todo colmillo y ojo.
Nadie lo engaña ni distrae.
No se harta en una mesa.
No se contenta
con un almuerzo o una cena.
Anuncia siempre sangre.
Ruge como león, aprieta como boa,
piensa como persona.

El ejemplar que aquí se ofrece
fue cazado en la India (Suburbios de Bombay),
pero existe en estado más o menos salvaje
en otras muchas partes.

No acercarse.

de Nicolás Guillén,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

martes, 19 de mayo de 2020

IN MEMORIAM

IN MEMORIAM

Sobre el mismo crimen

La noche flota ingrávida
sobre el campo vacía;
coronado de estrellas
diciembre puro y frío.

Ojos de ciego plomo
buscan veinte y una puertas,
a golpes de culata
veinte y una son abiertas.

Veinte y una vidas salen,
veinte y una vidas fuertes,
mañana por la mañana
serán veinte y una muertes.

En el bate y sin luces,
junto al central dormido,
de sangre, sangre, sangre
el suelo está teñido.

Y penden cuerpos lívidos
en el horror campestre;
cada uno es como un péndulo
de un gran reloj silvestre.

Pasa una sombra suave,
serena y grave iba;
en cada boca muerta
dejó una rosa viva.

de Nicolás Guillen,
en Poesía armada, Agermanament, 1976.

viernes, 11 de octubre de 2019

Cantaliso en un bar

Cantaliso en un bar

(Los turistas en el bar:
Cantaliso, su guitarra,
y un son que comienza a andar.)

-No me paguen porque cante
lo que nos les cantaré;
ahora tendrán que escucharme
todo lo que antes callé.
¿Quién los llamó?
Gasten su plata,
beban su alcol,
cómprense un güiro,
pero a mí no,
pero a mí no,
pero a mí no.

Todos estos yanquis rojos
son hijos de un camarón,
y los parió una botella,
una botella de ron.
¿Quién los llamó?
Ustedes viven,
me muero yo,
comen y beben,
pero yo no,
pero yo no,
pero yo no.

Aunque soy un pobre negro,
sé que el mundo no anda bien;
¡ay, yo conozco a un mecánico
que lo puede componer!
¿Quién los llamó?
Cuando regresen
a Nueva York,
mándenme pobres
como soy yo,
como soy yo,
como soy yo.

A ellos les daré la mano,
y con ellos cantaré,
porque el canto que ellos saben
es el mismo que yo sé.

De Nicolás Guillén,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.22, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

domingo, 22 de septiembre de 2019

Caña

Caña

El negro
junto al cañaveral.

El yanqui
sobre el cañaveral.

La tierra
bajo el cañaveral.

¡Sangre
que se nos va!

De Nicolás Guillén,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.22, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

domingo, 15 de septiembre de 2019

Burgueses

Burgueses

No me dan pena los burgueses vencidos.
Y cuando pienso que van a darme pena,
aprieto bien los dientes, y cierro bien los ojos.
Pienso en mis largos días sin zapatos ni rosas,
pienso en mis largos días sin sombrero ni nubes,
pienso en mis largos días sin camisa ni sueños,
pienso en mis largos días con mi piel prohibida,
pienso en mis largos días Y
No pase, por favor, esto es un club.
La nómina está llena.
No hay pieza en el hotel.
El señor ha salido.
Se busca una muchacha.
Fraude en las elecciones.
Gran baile para ciegos.
Cayó el premio mayor en Santa Clara.
Tómbola para huérfanos.
El caballero está en París.
La señora marquesa no recibe.
En fin. Y
Que todo lo recuerdo y como todo lo recuerdo,
¿qué carajo me pide usted que haga?
Además, pregúnteles,
estoy seguro de que también
recuerdan ellos.

De Nicolás Guillén,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.22, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

Me matan si no trabajo

Me matan si no trabajo

-Me matan, si no trabajo,
y si trabajo, me matan;
siempre me matan, me matan,
siempre me matan.

Ayer vi a un hombre mirando,
mirando el sol que salía;
ayer vi a un hombre mirando,
mirando el sol que salía:
el hombre estaba muy serio,
porque el hombre no veía.
Ay,
los ciegos viven sin ver
cuando sale el sol,
cuando sale el sol,
¡cuando sale el sol!

Ayer vi a un niño jugando
a que mataba a otro niño;
ayer vi a un niño jugando
a que mataba a otro niño:
hay niños que se parecen
a los hombres trabajando.
¡Quién les dirá cuando crezcan
que los hombres no son niños,
que no lo son,
que no lo son,
que no lo son!

Me matan, si no trabajo,
y si trabajo, me matan:
siempre me matan, me matan,
¡siempre me matan!

De Nicolás Guillén,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.22, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

jueves, 11 de abril de 2019

Che Guevara

Che Guevara

Como si San Martín la mano pura
a Martí familiar tendido hubiera,
como si el Plata vegetal viniera
con el Cauto a juntar agua y ternura,

así Guevara, el gaucho de voz dura,
brindó a Fidel su sangre guerrillera,
y su ancha mano fue más compañera
cuando fue nuestra noche más oscura.

Huyó la muerte. De su sombra impura,
del puñal, del veneno, de la fiera,
sólo el recuerdo bárbaro perdura.

Hecha de dos un alma brilla entera,
como si San Martín la mano pura
a Martí familiar tendido hubiera.

De Nicolás Guillén,
en Asalto al cielo - Antología poética, Fundación Editorial el perro y la rana, 2010.

miércoles, 3 de abril de 2019

La sangre numerosa

La sangre numerosa

A Eduardo García, miliciano que escribió
con su sangre, al morir
ametrallado por la aviación yanqui,
en abril de 1961, el nombre de
Fidel

Cuando con sangre escribe
Fidel este soldado que por la Patria muere,
no digáis miserere:
esa sangre es el símbolo de la Patria que vive.
Cuando su voz en pena
lengua para expresarse parece que no halla,
no digáis que se calla,
pues en la pura lengua de la Patria resuena.
Cuando su cuerpo baja
exánime a la tierra que lo cubre ambiciosa,
no digáis que reposa,
pues por la Patria en pie resplandece y trabaja.
Ya nadie habrá que pueda
parar su corazón unido y repartido.
No digáis que se ha ido:
su sangre numerosa junto a la Patria queda.

De Nicolás Guillén,
en Asalto al cielo - Antología poética, Fundación Editorial el perro y la rana, 2010.

martes, 11 de agosto de 2015

¿Qué color?

¿Qué color?

Su piel era negra, pero con el alma
purísima como la nieve blanca.

EVTUCHENKO (según el cable), ante
 el asesinato de Lutero King.


Qué alma tan blanca, dicen,
la de aquel noble pastor.
Su piel tan negra, dicen,
su piel tan negra de color,
era por dentro nieve,
azucena,
leche fresca,
algodón.
Qué candor.
No había ni una mancha
en su blanquísimo interior.

(En fin, valiente hallazgo:
"El negro que tenía el alma blanca",
aquel novelón.)

Pero podría decirse de otro modo:
Qué alma tan poderosa negra
la del dulcísimo pastor.
Qué alta pasión negra
ardía en su ancho corazón.

Qué pensamientos puros negros
su grávido cerebro alimentó.
Qué negro amor,
tan repartido
sin color.

¿Por qué no,
por qué no iba a tener el alma negra
aquel heroico pastor?

Negra como el carbón.

de Nicolás Guillén,
en La Rueda Dentada, Instituto Cubano del Libro, 1972.