Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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viernes, 19 de abril de 2024

comunismo embrionario

comunismo embrionario

 –¿Ves ese coche que rodando pasa
con insultante y llamativo lujo?
–Sí
–Pues ese coche que rodando pasa
con insultante y llamativo lujo,
no será para ti
–¿Ves ese hermoso y colosal palacio,
mansión del bienestar y la riqueza?
–Sí
–Pues ese hermoso y colosal palacio,
mansión del bienestar y la riqueza,
no será para ti.
–¿Ves esa hembra de arrogantes formas
que al que la paga bien su cuerpo entrega?
–Sí
–Pues esa hembra de arrogantes formas
que al que la paga bien su cuerpo entrega,
no será para ti.
–¡Ay! Nada de eso que la vida alegra,
el temor alejando de la muerte,
¿se ha hecho para mí?
¿Acaso por ser pobre no soy hombre?
–El hospital, la cárcel o el suicidio…
¡Eso es para ti!

de Emilio Bobadilla (Fray Candil),
en versos de rebeldía y combate, Editorial Eleuterio, 2021.

lunes, 15 de abril de 2024

Cuestión de empinamiento

Cuestión de empinamiento

Aquel poeta,
        cuando joven,
quiso cambiar el mundo.

Luego, creció:
        insigne
fue su boca:
alzada
sobre una barba patriarcal,
y hacía
grandes descubrimientos:

que el poema era sólo
un hecho del lenguaje,

que sólo en él está su referencia.

Engolaba la voz para explicarnos
esa verdad sagrada.

Así entendía
la consistencia del discurso:

una cuestión
de empinamiento.

De Salustiano Martín González,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.26, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

sábado, 13 de abril de 2024

FUSILES AL FRENTE

FUSILES AL FRENTE

Camaradas:
el fusil,
para defender Madrid...
Que tu voz diga y rediga
esta consigna apremiante:
«Arma que está rezagante,
es una más enemiga.»

Por todas partes se diga
que el fusil,
para defender Madrid.

Está comprobado y visto
que la «FN» y la «Star»
bastan para vigilar
o para hacer un registro.
Camarada, hay que ser listo,
y el fusil,
para defender Madrid.

El fusil, aquí, contigo,
no ha de sernos necesario;
para el servicio ordinario,
la pistola es buen amigo.
Fíjate en lo que te digo:
que el fusil,
para defender Madrid.

Un grupo, una compañía,
batallón o regimiento,
si está escaso el armamento,
poco podrá en la porfía;
por eso yo te decía:
que el fusil,
para defender Madrid.

¿Cómo habrás de responder
si ves que brazos viriles,
por escasez de fusiles
tienen que retroceder?
Es consigna de vencer,
que el fusil,
para defender Madrid.

Y a quien sordo o inconsciente,
no lo oye o no lo escucha,
decidle que nuestra lucha
ha puesto en Madrid su frente,
y su fusil de repente
le quitas,
para defender Madrid.

(Romancero de la defensa de Madrid)

de Antonio Aparicio,
en Poesía como un arma (Mariano Garrido Selección), Ocean Sur, 2008.

domingo, 7 de abril de 2024

CANCIÓN DEL DEPORTADO (canción)

CANCIÓN DEL DEPORTADO

Es trabajar sin descanso
tu cruel destino,
o mendigar triste y manso
por el camino
Desesperado
ya de vivir
lucho abnegado
contra lo vil.

Canta deportado
mísero y martirizado
que tu ideal quizás
un día triunfará
dando a los hombres
amor y libertad.

Anónimo (E. Serrano, 1920),
en http://alasbarricadas.org/forums/viewtopic.php?t=53278 (1/4/24).

sábado, 6 de abril de 2024

Cómo ganar una guerra perdida...

Cómo ganar una guerra perdida:

Uno. Excavar trincheras
con palas, lapiceros, saxofones.
De las grietas, hacer cicatrices.

Dos. No llevar uniformes.
Cada cual adoptará el disfraz
que menos le ofenda.

Tres. No distinguir noche y día.
Permitir la soledad a quien la elija.
Adoptar perros y recién llegados.

Cuatro. Celebrar una fiesta
por cada trinchera. Llegará el enemigo
y no entenderá nuestro lenguaje.

Les será imposible la conquista:
ellos no aman a los perros mestizos
ni arrancan orgasmos a las palabras.
Perderemos la guerra de las mayúsculas
pero la vida está de nuestra parte:
lloramos y celebramos la brizna.

de Ana Pérez Cañamares,
en Viento Sur, n°140, junio, 2015.

domingo, 31 de marzo de 2024

MADRID, 1937

MADRID, 1937

Horizonte de guerra, cuyas luces,
cuyas aureolas repentinas, breves,
cuyas fugaces albas, salvas, fuegos,
multiplican la muerte interminable.
Aquí en Madrid, de noche, solo, triste,
mi frente con el frente son sinónimos
y sobre mi mirada como llanto
se derriban los héroes, caen hundidos
por el abismo verde de mi cara.
Yo sé que estoy desierto, que estoy solo,
que el frente paralelo de mi frente
desdeña mi dolor y me acompaña.
Ante el glorioso círculo de fuego
nada puedo evocar, nada ni a nadie.
No hay recuerdo, placer, antes vivido,
que pueda rescatar de mi pasado.
No hay ausencia, ni historia, ni esperanza
que con su engaño calme mi agonía.
Aquí en Madrid, delante de la muerte
mi corazón pequeño guarda oscuro
un amor que me duele, que no puedo
ni siquiera mostrarlo en esta noche
ante este inmenso campo de heroísmo.

(Poetas en la España Leal)

de Manuel Altolaguirre,
en Poesía como un arma (Mariano Garrido Selección), Ocean Sur, 2008.

sábado, 30 de marzo de 2024

Hay un lugar entre la impotencia...

Hay un lugar entre la impotencia
                                y el heroísmo.

Entre el pozo y la cera derretida
                        por la cercanía del sol.

Entre el desengaño y la otra mejilla.

Hay un lugar. Cada día lo bautizo
                                con mi nombre.

de Ana Pérez Cañamares,
en Viento Sur, n°140, junio, 2015.

viernes, 29 de marzo de 2024

Comunistas

Comunistas

Los han matado en todas partes,
según distintas formas:

en el nombre de Dios
los han matado,
fusilados contra una tapia;

en nombre de la patria
los han matado,
torturados en sótanos;

en nombre del mercado libre
los han matado,
acuchillados en sus casas;

en nombre del partido
los han matado,
acribillados en Tian An Men;

en nombre de sí mismos
los han matado,
enterrados en los gulags;

en nombre de los crímenes
de sus verdugos
los han matado,
burlados en las tumbas
que sepultan sus sueños.

Pero aún
resisten.

De Salustiano Martín González,
en Entre los poetas míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.26, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

jueves, 28 de marzo de 2024

Contra

Contra

Estoy en contra de que los revolucionarios de mi país
Hieran una espiga de trigo
Contra un niño
Cualquier niño
Llevando una granada de mano
Estoy en contra de que mi hermana
Sienta el músculo de un arma
Contra todo
Y sin embargo
¿Qué puede hacer un profeta, una profetisa,
Cuando sus ojos
Están hechos para beber
La vista de las hordas de invasores?
Estoy en contra de que los niños se conviertan
En héroes a las diez
Contra el árbol haciendo brotar explosivos
Como flores
Contra las ramas que se convierten en horcas
Contra los rosales que se convierten en trincheras
Contra todo
Y sin embargo
Cuando el fuego incinera a mis amigos
Cómo puedo
Evitar que un poema se convierta en un arma

de Rashid Hussein,
en https://descontexto.blogspot.com/2024/01/contra-de-rashid-hussein.html (13/2/24).

sábado, 23 de marzo de 2024

Seguir amando cuando el mundo...

Seguir amando cuando el mundo
conocido se derrumba, es
querer conservar la ventana
incluso en la casa sin techo.

de Ana Pérez Cañamares,
en Viento Sur, n°140, junio, 2015.

viernes, 22 de marzo de 2024

HÚSARES AZULES

HÚSARES AZULES

Hiere la helada
                                            como fuerte garra.
Vuela el trineo
                                        por el Fontanka.
Su huella en la nieve
                                                    va trillando rayas.
¿De quién esa risa?
                                                ¿De quién esa voz?
“Con mi propia mano
                                                en el corazón,
te lo digo yo:
                                                No toques la espada.
Frente a tal peligro,
                                                                        si no es a ti mismo,
a otros salvaguarda.”

Con los cascos blancos
                                                        golpeando en el hielo,
sombras por Litieini
                                                vuelan a lo lejos.
“Y yo te respondo,
                                                    mi querido amigo:
No temo la muerte
                                                      en tenso patíbulo.
Mortal y oprobioso
                                                        en esta esclavitud
es bajar la cabeza
                                                    y asi envejecer.
Hora es que unamos
                                                            sables con los sables.
Mi corazón
                                        está enamorado
                                                                                    de la libertad.”

Labios encarnados
                                            y pipas labradas.
Húsares azules,
                                            ¡probad el destino!
Helos indomables,
                                            helos inmortales
otra vez reunidos
                                            en la habitación.
Guerreras abiertas
                                                    en noche profunda:
“Sírvanme una copa
                                                repleta de vino.
Vertemos, bebemos
                                                y nos despejamos:
Por la Hermandad Sureña,
                                                            por los jóvenes hermanos.”

Sordas las guitarras,
                                                altas las palabras...
¿Qué guardar entre ellos?
                                                ¿A quiénes temer?
Cual espuma en copas
                                                hierve su pasión:
Se lee “Gitanos”
                                            por primera vez.
Por Litieini vuelven
                                                    las sombras volando.
Ceños rigurosos
                                                 bajo las viseras
miran los palacios.
                                                        Terminó el encuentro,
¡arre los caballos!

¿Qué es esa,
                                qué es esa,
                                                                        qué es esa canción?
Bajad la cabeza.
                                                    Las tenues guitarras
que temblando callen:
                                                Húsares azules
en la nieve yacen.

1927

de Nikolái Aséiev,
en Antología de la Poesía Soviética (Alexander Nakarov), Biblioteca Jucar, 1974.
Traducción de Elva Macías

lunes, 18 de marzo de 2024

¡ALERTA, LOS MADRILEÑOS!

¡ALERTA, LOS MADRILEÑOS!

I

Pueblo de Madrid valiente,
pueblo de paz y trabajo,
defiéndete contra aquellas
fieras que te están cercando;
ellas tienen por oficio
la destrucción y el estrago,
ellos hacen de la guerra
un arte para tu daño.
Si por amor a la paz
estuvimos desarmados,
por amor a la justicia
ahora el fusil empuñamos.
Demuéstrale al enemigo
que no quieres ser esclavo;
más vale morir de pie
que vivir arrodillados;
cadenas, las que formemos
unidos por nuestros brazos,
unión que nunca se rompa,
vínculo firme de hermanos.
Muros de sacos terreros,
surcos hondos, no de arados,
sí con picos, y con palas,
con corazones sembrados,
semilla roja seremos
en las trincheras del campo.
Cuando brote la victoria,
con sus palmas y sus ramos,
el mundo verá en nosotros
su más brillante pasado;
seamos la aurora, la fuente,
demos los primeros pasos
del porvenir que en Europa
merece el proletariado.

II

Madrid, capital de Europa,
eje de la lucha obrera,
tantos ojos hoy te miran
que debes estar de fiesta;
vístete con tus hazañas,
adórnate con proezas,
sea tu canto el más valiente,
sean tus luces las más bellas;
cuando una ciudad gloriosa
ante el mundo así se eleva,
debe cuidar su atavío,
debe mostrar que en sus venas
tiene sangre que hasta el rostro
no subirá con vergüenza,
sí con la fiebre que da
el vigor en la contienda.
Madrid, te muerden las faldas
canes de mala ralea,
vuelan cuervos que vomitan
sucia metralla extranjera.
Lucha alegre, lucha, vence,
envuélvete en tu bandera;
te están mirando, te miran;
que no te olviden con pena.

(Romancero de la Guerra Civil Española)

de Manuel Altolaguirre,
en Poesía como un arma (Mariano Garrido Selección), Ocean Sur, 2008.

domingo, 17 de marzo de 2024

Todo acabará por llevarnos...

El capitán no es el capitán. El capitán es el mar.
Jesús Lizano

Todo acabará por llevarnos
la contraria. Y es bueno
que así sea. Lo que ven
tus ojos no es un país.
Tú no eres un dictador.
A todos tus intentos
de golpes de estado
los derrocará la vida:
invencible ejército
de liberación.

de Ana Pérez Cañamares,
en Viento Sur, n°140, junio, 2015.

jueves, 14 de marzo de 2024

VALOR

VALOR

Sabemos bien que entramos en el juego
y que esto ocurre hoy día.
Marca nuestro reloj la hora valiente
y el valor no podrá más alejarse.
Morir bajo las balas ya no asusta
ni ya lloramos por perder la casa.
Pero te guardaremos, lengua rusa,
alta palabra rusa.
Así te llevaremos pura y libre
a entregarte a los nietos
para todos los siglos
de los siglos de todo cautiverio rescatada.

de Anna Ajmatova,
en Antología de la Poesía Soviética (Alexander Nakarov), Biblioteca Jucar, 1974.
Versión de Rafael Alberti y María Teresa León

domingo, 10 de marzo de 2024

Sólo una cosa hace la poesía...

Sólo una cosa hace la poesía.
A susurros grita que todo
todo está relacionado con todo.
Con hilo de palabras, ella
va remendando los agujeros.

de Ana Pérez Cañamares,
en Viento Sur, n°140, junio, 2015.

viernes, 8 de marzo de 2024

si has de atravesar...

a MRL

si has de atravesar
un campo de cardos
pisa donde ya han pisado

por Félix Sánchez Durán,
en poesía forense, 2024.

miércoles, 28 de febrero de 2024

martes, 27 de febrero de 2024

LOS DOCE

LOS DOCE

1

Véspero negro.
Blanca nieve.
¡Viento, viento!
Un hombre no puede de pie sostenerse.
¡Viento, viento
que va por el mundo de Dios todo entero!
Remolina el viento
la blanca nieve.
Hay hielo debajo de la nieve leve.
Resbalón. Un grito.
Quien a andar se atreve
resbala en la calle... ¡Ay, qué pobrecito!
Entre dos casas frente a frente,
tendido hay un cordel;
en el cordel, un cartel:
“¡Todo el poder para las Constituyentes!”
Lagrimea una vieja y no replica.
No comprende lo que eso significa.
¿Para qué tan gran cartel?
¡Qué enorme tela!
¡Cuántos peales se puede hacer con él!
Y los pies a los niños se les hielan...
La vieja, asustadísima,
cruza un montón de nieve cual gallina que acecha.
—¡Ay, Virgen Santísima!
—¡Ay, esos bolcheviques al ataúd nos echan!
Viento que corta como dalles.
Frío al compás de todo aquello.
Un burgués en cruce de calles,
mete la nariz en el cuello.
¿Y quién es éste? Melenas largas.
Su voz se aletarga:
—¡Traidores! ¡Qué horror!
—¡Ha muerto Rusia, sin decoro!
Probablemente un escritor,
un pico de oro.
Y he aquí, un hombre que de faldas viste,
se esconde en la nieve que le hace de tope.
¿Por qué hoy estás triste,
camarada pope?
¿Te acuerdas cómo antes
ibas con la panza como adelantada,
y, la cruz encima, se hacía brillante
la panza abultada?
Una dama con astracán caracolado
se acerca a otra, apenada.
—Cuánto hemos llorado, llorado...
Se cae resbalada,
y —¡pum!— se queda tumbada.
¡Ay! ¡Ay!
Dadle la mano, ¡caray!
El alegre viento
se alegra cruel.
Mueve el faldamento,
siega al que transita.
Rasga, estruja, agita
ese gran cartel:
“¡Todo el poder para las Constituyentes!"
y estas frases grita:
También se reunieron nuestras gentes...
en el local de enfrente...
Discutimos,
resolvimos:
Por un rato, diez rublos; por dormida, veinte pedir.
Y de nadie menos recibir...
...Vamos a dormir...

La tarde cayendo.
La gente se acoge.
Sólo un vagabundo
los hombros encoge.
Silbidos del viento...
—¡Eh, pobretón, trotamundo!
Ven a mi casa,
nos abrazaremos...
¡Pan!
¿Qué espera el que se atrasa?
¡Pasa!
Negros, negros los cielos están.
Rabia, triste rabia, enojos.
El pecho se abrasa.
Rabia negra, santa rabia, enojos.
¡Camarada, vigila sin tasa
con los cuatro ojos!

2

Pasea el viento, la nieve vuela.
Los doce hombres marchan en vela.
Negras correas de los fusiles,
y en torno a ellos hay luces miles.
Entre los dientes, un cigarrillo;
marca merecen llevar los pillos.
Libertad, libertad.
¡Ay, ay, sin cruz al pecho van!
¡Tra-ta-ta!
¡Frío hace, camarada, frío ya!
—Con Katka está Vañka en un tabernucho.
—Dinero en la media lleva en un cartucho.
—Vaniushka ya es rico, lo había soñado,
—¡Era de los nuestros, se ha hecho ahora soldado.
—¡Ay, Vañka, burgués, ay, hijo de perra,
si a mi Katka besas, el golpe no yerra!
Libertad, libertad.
¡Ay, ay, sin cruz al pecho van!
Katka con Vañka ocupada está
¡En qué mi querida ocupada estará!...
¡Tra-ta-ta!
Y alrededor hay luces miles...
En los hombros, correas de fusiles...
¡Más fuerte tu paso revolucionario,
que está el enemigo cerca y temerario!
Sostén, camarada, tu fusil sin miedo.
A la Santa Rusia una bala lancemos,
a la del pasado,
a la de las isbas, a esa que llamamos
del trasero pesado.
¡Ay, ay, sin cruz al pecho van!

3

Así se fueron nuestros muchachos
a servir en la guardia roja,
a servir en la guardia roja,
y perder sus cabezas locas.
¡Ay, tú, pena en cadena,
dulce vida que saco;
desgarrada guerrera,
fusil austríaco!
Para que los burgueses puedan todos penar,
el fuego del mundo vamos a soplar,
incendio del mundo que en sangre nació.
¡Danos, Señor, tu bendición!

4

Remolinos de nieve, grita el cochero,
Vañka con Katka vuela en trineo.
Y llevan los varales
farolillo eléctrico.
¡Eh, arre, arre!
Lleva un capotito roto de soldado,
su cara es de tonto, tonto redomado.
Se atusa, se atusa su negro bigote;
se atusa y recrea,
bromea.
He aquí a Vañka, el de hombros de carga.
He aquí a Vañka, el de charlas largas,
Abraza a su Katka, la muy pasmadota,
la engaña...
Ella la cabeza hacia atrás va a ponerla,
y sus dientecillos brillan como perlas...
¡Ay, Katia, Katia mía,
caragordita!

5

Todavía en tu cuello, Katia,
tienes de una navaja el cuño.
Debajo de tu pecho, Katia,
aún reciente tienes un rasguño.
¡Ea, ea, baila bien!
¡Qué bonitos son tus pies!
Ropitas de encaje llevabas:
¡llévalas ahora que yo te vea!
Con oficiales pendoneabas;
¡pendonea ahora, pendones!
¡Ea, ea, pendonea!
De sobresalto, el corazón voltea.
¿Te acuerdas del oficial aquél?
Nada hubo que le salvara...
¿No te acuerdas, mala peste, de él?
¿O no está tu memoria clara?
¡Ea, ea, hazla más clara!
¡Acuéstate con él, juntad la cara!
Llevabas polainas y aretes,
zampabas chocolate afamado.
Ibas a pasear con los cadetes.
¿Ahora paseas con los soldados?
¡Ea, ea, peca sin calma,
será un alivio para tu alma!

6

...Volando, se acerca el cochero en la delantera.
Vuela, aúlla, vocifera...
¡Alto! ¡Alto! Andruja, ayuda, no te borres.
¡Por detrás, Petruja, corre!
¡Tra-ta-ta-ta-ta!...
Polvillo de nieve hacia el cielo va.
Vañka quiere escapar con el cochero...
¡Alza una vez más tu gatillo ligero!...
¡Tra-ta-ta-ta! Te vamos a enseñar nosotros
a qué conduce juerguearse con la chica de otros...
¡Se escapó el canalla! Ya verás, te digo,
cómo mañana acabaré contigo.
¿Dónde está Katia? Muerta, muerta la ha dejado.
¡Su cabeza una bala ha atravesado!
¿Contenta, Katia? ¡Chit, chit, nada se mueve!...
¡Queda como carroña, aquí, sobre la nieve!...
¡Más fuerte tu paso revolucionario,
que está el enemigo cerca y temerario!

7

De nuevo van los doce.
Sobre los hombros llevan fusilitos.
Y sólo al asesino desgraciado
no se le ve la cara de contrito.
Más rápido el resuello,
los pasos acelera al alejarse.
Un pañuelo se lía por el cuello.
No puede sosegarse.
—¿Por qué estas, camarada, así afligido?
—¿Por qué, amiguito, el miedo te condena?
—¿Por qué, Petruja, andas alicaído?
—¿Es que Katka te da lástima o pena?
—¡Mis buenos camaradas de estas horas!
Yo a esta chica quería...
Noches embriagadoras
he pasado con ella en otros días...
Por la fuerza arrogante de sus ojos
como de fuego hechos;
por aquel lunar rojo
junto a su hombro derecho,
yo he matado, hombre flojo;
la perdí en un instante de despecho;
—¡Cómo nos da la lata este maldito!
¿Es que tú, Petia, eres una mujer?
—¿Es que quieres sacar tu alma en un grito
para dejarla ver?
—¡Tu fachenda mantén de soldadito!
—¡Y dominarte, eso debes hacer!
—¡No, no es ésta, hora
de mimos de niñera,
porque una carga ahora
más grande, camarada, nos espera!
Y ya Petruja lleva más lentos sus pasos...
La cabecita eleva, y de nuevo se alegra...
¡Ea, ea,
no es pecado mortal si se juerguea!
¡Cerrad las casas,
que hoy habrá saqueos sin tasa!
¡Abrid las bodegas,
hoy juerguea la gente andariega!

8

¡Ay, tú, pena en cadena,
asco tenebroso
de muerte!
¡Oh, qué bien el tiempecito
pasaré, pasaré yo!...
¡Oh, qué bien la coronilla
me rascaré, me rascaré yo!...
¡Oh, qué bien del girasol la cascarilla
escupiré, escupiré yo!...
¡Oh, qué bien con la navaja
rasgaré, rasgaré yo!...
¡Vuela tu, burgués, como un gorrioncito!
Beberé sangrecita,
por esa amiguita
de cejas negritas...
Requies cant in pace, al alma, Señor, de tu sierva...
¡Qué asco!

9

No se oye ruido alguno en la ciudad.
Sobre el Nevá un silencio grave advino.
Ningún guardia hay ya.
¡Juergueaos, muchachos, y sin vino!
En un cruce de calle está el burgués;
su nariz en el cuello ha escondido.
Un perro se le mete entre los pies,
sarnoso, sucio, con el rabo caído.
El burgués, indeciso y silencioso,
igual que el perro hambriento allí se está,
y el viejo mundo, como perro sarnoso,
con el rabo caído está detrás.

10

La nevisca se pone furiosa.
¡Ay, tú, nevisca, nevisca!
A cuatro pasos no se ven las cosas,
se hacen ariscas.
La nieve gira en forma de garganta.
La nieve en columnita se levanta.
—¡Oh, Dios mío, qué fuerte es la nevasca!
—¡Petka, en qué tonterías te atascas!
¿De qué te ha salvado
el altar dorado?
Qué poco sentido también;
piensa, míralo bien,
¿es que sangre no tienes en las manos frías
por amor que tú a Katka tenías?
¡Más firme tu paso revolucionario,
que está el enemigo cerca y temerario!
¡Adelante, adelante, adelante el fragor,
pueblo trabajador!

11

... Y sin Dios ni santos, de este modo,
los doce alejan sus pisadas.
Dispuestos están para todo,
no tienen lástima de nada...
Van sus fusilitos de acero
contra enemigos que no ves,
por callejas sin derrotero
donde la nieve cae al través,
y en hoyos de plumón ligero
no se pueden sacar los pies...
Les cubre de abrigo
la bandera roja.
Sus pasos amigos
producen congoja,
que ya el enemigo
despierta y se arroja.
Y la nieve en los ojos caía
noches y días,
sin interrupción...
¡Adelante, adelante el fragor,
pueblo trabajador!

12

...Y van adelante con seguro paso...
—¿Hay alguien ahí? ¡Que se nos presente!
No, sólo es el viento que juega en el raso
de la roja enseña que les da en la frente...
Delante se eleva un montón de nieve.
—¿Hay alguien en él? ¡Que se nos presente!
Sólo un can mendigo y hambriento se atreve
a ir, renqueando, detrás de la gente...
—Detrás no nos sigas, perrito sarnoso,
con la bayoneta reír voy a hacerte.
¡Y tú, viejo mundo, perrazo piojoso,
húndete, o yo mismo voy a deshacerte!
... Enseña los dientes como lobo hambriento;
no quiere dejamos, el rabo caído,
perro vagabundo, perro friolento.
—¡Eh, responde pronto! ¿Quién va? ¿Lo has oído?
—¿Quién mueve delante la bandera roja?
—Mira entre las sombras, seguro alguien pasa.
—¿Quién va que los pasos, al cruzar, afloja
y quiere ocultarse detrás de las casas?
—Da igual lo que haya, que voy a atraparlo.
—Mejor que te rindáis, ya veremos luego.
—¡Eh, eh, camarada, anal vas a pasarlo;
sal o comenzamos contra ti a hacer fuego!
¡Tra-ta-ta-ta-ta! Sólo, sólo el eco
resuena en las casas y ligero va...
Sólo la tormenta con aullido seco
por entre la nieve, carcajadas da.
¡Tra-ta-ta-ta,
tra-ta-ta-ta!...
Con paso seguro así van sin congoja.
Siguiendo sus huellas, un peñazo listo.
Y delante de ellos con bandera roja,
invisible en nieve de albores de alas,
inmune a las balas,
andando en el aire con un paso leve,
llevando un tesoro de perlas de nieve,
corona de rosas, que jamás se ha visto,
delante de ellos, marcha Jesucristo...

Enero, 1918

de Alexander Blok,
en Antología de la Poesía Soviética (Alexander Nakarov), Biblioteca Jucar, 1974.
Versión de Fiódor Kelin y César M. Arconada

jueves, 22 de febrero de 2024

La Canción Es Protesta (canción)

La Canción Es Protesta

Nunca sé cómo se parte una canción
Pero sé que despertó la gente
Se cargó más de la cuenta esta cuestión
La traición viene del Presidente

Una estudiante, el torniquete
Cerrar el metro, picó a la gente
Prenderle fuego a lo que vende
Así aparecen los delincuentes

Un millón protesta еn manifestación
Y a la olla le pegamos fuеrte
Desde el norte hasta la última región
Se rebela todo el continente

Escuchar es tan complejo como hablar
La memoria nos hace valientes
La Violeta y luego Víctor lo cantó
El pueblo siempre, siempre, se defiende

Y los capucha' con el guanaco
Y pa'l zorrillo, bicarbonato
Pa' la que lucha, la viola un paco
Y los tenientes aspiran su Mentolatum

Yo no canto por cantar
La canción es protesta
Si cantamos mucha' má'
La canción te contesta
La canción te contesta

Mueren más de lo' que quisiera nombrar
Los ojos se no' quiebran
Los que matan nunca dicen la verdad
La sangre le' deleita

Una cuchara, lo' perdigone'
Sus armaduras, mi' moretone'
Y la platita de los glotone'
Nunca aparece en las poblacione'

Yo no canto por cantar
La canción es protesta
Si cantamos mucha' má'
La canción te contesta
La canción te contesta

La canción es protesta
La canción te contesta
La canción es revolución

Yo no canto por cantar
La canción es protesta
Si cantamos mucha' má'
La canción te contesta
La canción te contesta
La canción es protesta

Nunca sé cómo termina una canción
La marcha siempre e' lenta
Solo tengo la guitarra y la lección
La canción es protesta

de Yorka Pastenes (Yorka),
en Fuego, Canciones de Emergencia, 2019.

martes, 20 de febrero de 2024

El cautivo de Til-Til (canción)

El cautivo de Til-Til

Por unas pupilas claras
Que entre muchos sables
Viera relucir
Y esa risa que escondía
No sé qué secretos
Y si era para mí
Cuando altivo se marchó
Entre sables de alguacil
Me nublo un presentimiento
Al verlo partir

Dicen que es Manuel su nombre
Y que se lo llevan
Camino a Til-Til
Que el gobernador no quiere
Ver por la cañada
Su porte gentil
Dicen que en la guerra fue
El mejor y en la ciudad
Deslumbraba como el rayo
De la libertad

Solo sé que ausente está
Que lo llevan maniatado
Que amarrado a la montura
Se lo llevan lejos de la capital
Sólo sé que el viento va
Jugueteando en sus cabellos
Y que el sol brilla en sus ojos
Cuando le conducen
Camino a Til-Til

Dicen que era como el rayo
Cuando galopaba
Sobre su corcel
Y que al paso del jinete
Todos le decían
Por nombre Manuel

Yo no sé si volveré
A verle libre y gentil
Sólo sé que sonreía
Camino a Til-Til

Dicen que es Manuel su nombre
Y que se lo llevan
Camino a Til-Til
Que el gobernador no quiere
Ver por la cañada
Su porte gentil
Dicen que en la guerra fue
El mejor y en la ciudad
Deslumbraba como el rayo
De la libertad

de Patricio Manns,
en Antología del Canto Nuevo Vol.1,  Alerce, 2012.
(Versionada e interpretada por Aquelarre)