Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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miércoles, 18 de octubre de 2023

La Gleba

La Gleba

Mirad, ¡esa es la cumbre!, dijo el Sabio.
Es preciso llegar hasta esa cumbre...
Yo lo he visto y lo sé. Calló su labio,
Y avanzó la resuelta muchedumbre.

¡Deteneos aquí! rugió el tirano:
Á nadie, más que á mí, deis obediencia...
Lo he resuelto y lo impongo. Alzó la mano,
Y la turba abjuró de su conciencia...

¡Venid hermanos! dijo un sacerdote:
Adorad estas santas maravillas...
Dios lo manda. Alzó en alto un monigote
Y el rebaño se puso de rodillas...

Y aquel hato de imbéciles seguía
Á la primera voz, al primer mito,
Á la más leve admonición. Un día
Se detuvo de pronto. Estalló un grito

De un hombre de la turba: ¡de su entraña...!
Y habló un jirón de voluntad inopia.
¡Parecía aquel hombre una montaña
Con corazón y con conciencia propia!

« Basta de sumisión: no haya más leyes
« Que las que dicta la conciencia humana.
« Apartad á los ritos y á los reyes:
« Sea vuestra voluntad la soberana... »
.........................................................
Fué el despertar. Cesaron los gemidos
Que eran consuelo del montón. Entonces
Repercutió, como canción de heridos,
La vibración salvaje de los bronces...

Y la gleba rugió. Con la siniestra
Indignación, quemando sus mejillas.
Alzó la frente y levantó su diestra,...
¡Y comenzó el labor de las cuchillas!

de Felipe Torcuato Black,
en La joven literatura hispanoamericana, Librería Armand Colin, 1906.

jueves, 25 de mayo de 2023

UNA NOCHE EN EL CEMENTERIO VIEJO - POEMA Á MAYO (fragmento)

UNA NOCHE EN EL CEMENTERIO VIEJO

POEMA Á MAYO (fragmento)

Hundió el sol su corona en occidente,
Y en carro de zafir, la blanca luna
Del mísero aliviaba la fortuna,
Vertiendo olvido en su afligida mente.

De Mayo era una noche: esplendorosa
La vio en su patria el pobre desterrado,
Mas hoy errante, en penas abismado,
La mira triste, lóbrega, enojosa.

Y la bella ciudad, nítido espejo
Era de luz y de gracioso encanto,
Pero á él los ojos embargaba el llanto.
Junto á la cruz del cementerio viejo.

Cuando la angustia le carcome el pecho.
Sin que temor ó religión le asombre,
Siempre á las tumbas se encamina el hombre.
Cual si allí se ocultase el que lo ha hecho.

Apoyóse á una piedra el desterrado,
Y clavando la vista en aquel suelo,
Sintió en sus venas circular consuelo,
Y de espíritu heroico arrebatado:

Sepulcros—exclamó—vuestro hondo seno
De la raza es mansión que supo en Mayo
De los tiranos afrontar el rayo
Con faz altiva y corazón sereno.

En este campo con furor lidiando,
Más de un héroe rindió su noble vida,
Y del déspota aquí cayó abatida
Bandera odiosa de poder nefando.

¡Más de un héroe murió, desconocido!...
Alma formada para excelsa gloria,
Para asombrar al mundo con su historia
Que hoy es polvo del viento combatido:

Bajó con ellos al sepulcro frío
La dulce unión, la plácida esperanza,
Y en la tierra quedó cruda venganza,
La rabia de Caín al pecho mío.

¡Porqué más antes yo no fui nacido!
Y ¡oh mi madre! tu parto bendijera:
Yo en ese Mayo del honor viviera.
Héroe tal vez como ellos habría sido.

No mezclaré mi voz á los conciertos
Que de Mayo saludan el gran día.
Y siguiendo á mí otra melancolía
Lección de gloria pediré á estos muertos.

O sea que la voz del que gemía
Con poder en las tumbas resonara,
O que el triste en su mente se forjara
De otra voz la ardorosa fantasía;

La luna entre celages se ostentaba,
Y turbando la noche silenciosa
De guerreros caterva estrepitosa,
En el aire fantástica giraba.

Y bélica sonando una armonía
De trompetas clarines y tambores.
De la lid se escuchaban los clamores,
Y el canto de batalla que decía:

Suena el clarín, de América campeones;
La que es colonia quiere ser nación;
Relinchan de la guerra los bridones;
¡Gloria al azul y blanco pabellón!

Entre Europa y América lindero
De mar profundo puso el Hacedor,
Salvolo el genio de la España fiero,
Y la cruz en los Andes enclavó.

Y bajo el soplo de ambición cruenta
Cayó el imperio idólatra del sol.
Sobre él cristiana una nación se ostenta:
Ya terminó de España la misión.

Suena el clarín, de América campeones,
El campo labra nuestro corvo arado,
Vencido el toro á nuestra fuerza es buey,
Y el inglés en batallas avesado
Sus armas ha rendido á nuestros pies.
Doctores, vates, proceres tenemos.
Las de la ciencia, del Estado honor,
Ciudades, puertos, minas poseemos,
Y un varonil y altivo corazón.

Suena el clarín, de América campeones,

Un pueblo somos de otro pueblo esclavo,
Entre los ciervos abatida grey,
¡Tal afrenta borremos! el que es bravo,
No consiente en su casa extraño rey.
Bellas, como los ángeles del cielo.
De nuestra patria las mujeres son,
Pero al mirar á un español, al suelo
Bajan los ojos con servil temor.

Suena el clarín, de América campeones,

Grandes, obispos, jueces, generales,
A nuestras playas nos arroja el mar.
Nobles son y señores principales;
Nosotros, un rebaño que les dan.
¡Indio! ¿porqué derramas triste lloro?:
Me envían al horrendo socavon
A do murió mi padre, á sacar oro,
Oro que á España llevará el galeón.

Suena el clarín, de América campeones,

Sangrienta ha sido por demás la historia
Del indio, presa del hispano audaz;
Olvidemos tan hórrida memoria,
Que á nuestros padres Dios ha de juzgar.
De verdugos y víctimas nacidos,
De la paloma y gavilán voraz,
¿Porqué encerramos en obscuros nidos
Si á los vientos podemos desafiar?

Suena el clarín, de América campeones,

Mísero negro, al África robado,
Encara firme el matador fusil;
De tu esposa en el vientre condenado
Estaba tu hijo á servidumbre vil.
Doble falange de tus amos viene.
Hiérela asado, venga tu baldón;
Sobre su esclavo un déspota no tiene
Sino de orgullo y crimen la ilusión.

Suena el clarín, de América campeones,

Vuestros harapos, gauchos del Oriente,
Trocareis por la gala carmesí.
Recamada de plata reluciente
Que ostentan esos sátrapas allí.
¡Sus! á la carga, con la lanza fija;
Nada detenga el rápido corcel.
Entre el montón nuestro rencor elija
La sangre odiosa que ella ha de verter.

Suena el clarín, de América campeones,

Esa servil mesnada que se avanza,
A vuestro intento apoda de traición;
Mostrad que quien combate lanza á lanza
Es un leal adversario, no un traidor.
¡No os apiadéis! que caigan esos cuellos
Bajo del sable, al filo del puñal:
Ved que cuelgan en trenzas sus cabellos,
Son asideros que la muerte os da.

Suena el clarín, de América campeones,

Cadalzo en esos muros, ominoso.
Para el vencido preparado está,
Y laurel al que en ellos animoso
Logre el patrio estandarte tremolar.
¡Ea! á la carga; rotas sus legiones
De la llanura en la tremenda lid,
En salva estrepitosa esos cañones
De anuncio á nuestra gloria han de servir.

Suena el clarín, de América campeones,

Y después, de esta guerra, vencedores,
Alzaremos el templo de igualdad:
Habrá pueblo, no plebe, ni señores,
Y ara el trono será de libertad,
Y tú, ¡oh mi patria entre los pueblos bella!
De dicha y virtud serás mansión,
Cual del opaco cielo nueva estrella
De misterioso y plácido esplendor.

de José Rivera Indarte,
en Antología de poetas argentinos - Tomo IV - El clamor de los bardos, Martín Biedma e Hijo Editores, 1910.

lunes, 13 de marzo de 2023

"los niños encuentran siempre con qué entretenerse"

"los niños encuentran siempre
con qué entretenerse"
me decían de chico, de pequeño
y yo repito...
incluso en muchos lugares
hasta juegan con la muerte

Por Félix Sánchez Durán.

viernes, 3 de febrero de 2023

Niño que vas por el arroyo...

Niño que vas por el arroyo
—Pies descalzos, sombra errante
Cuerpo haraposo; —tu eres
Un símbolo; sobre el torrente
Del mal que aflije á los pueblos
Flota tu figura hermosa y dolorida: aún nadie
Te habló así, tan cara á cara, tan claro
Que su voz fuera un cristal
A cuyo través tu vieras
Como en el fondo de un mar
Tranquilo, tus ojos puros;—
Puros y ardientes, pues solo
Han visto dolor. —Tu mano
Pon en la mía. Yo quiero
Que tú, para siempre, sepas
Que hay una cosa más grande
Que la Caridad. No digo
que te han engañado, solo
Te haré una advertencia. Nunca
Tuve, como hoy, serenidad para hablar
Y  valor. El hombre
Va conociendo verdades.
No la verdad. Y á medida
Que lo hace
Las trasmite a sus hermanos
Si no lo detiene el miedo,
El miedo torvo, que á veces
Paraliza lengua y brazos, aunque nunca haya podido
Atajar la luz. Escucha.
Una religión de muerte
Te habló de amor, esperanza
Y dulzura. No podía
Darte nada, bien que todo
Te ofreciera amenazando. Si fuerte
Levantabas tus soberbias
De niño-hombre, con castigos
Formidablemente infames,
Fruto de enfermas cabezas,
Trataba de constreñirte, envilecerte ó matarte;
Pero si débil y triste
Te entregabas al capricho
De sus dogmas, con un premio
Tan celeste cual futuro
Deformaba tu cerebro invalidando por siempre
Tu espíritu,—que el amor
Te lo imponían a fuego
Lento, la esperanza á golpes
Y la dulzura con hiel. ¡De cariño tal
La caridad, —flor de fango, —nació para hacer más víctimas
Que pejes tuvo la mar
Y aves el bosque! Yo sé
Que esto te asombra y te crispa,
Pero sé también que aún
Puedes salvarte salvando
A la raza. Tiene hambre
De verdad. La que ayer fué,
Hoy es vieja. Ibsen lo ha dicho.
Nuestra verdad hoy es otra: Solidaridad se llama!
No Caridad o injusticia
Que cuando no humilla, resta
Energías al que toma
Y aumenta la vanidad, el orgullo y la avidez
Del que dá lo que no es suyo.
Yo no te doy nada; mira
GAVROCHE amigo, —tal vez
Compañero de mañana, —mi voz
Te suena á campana nueva, —lo es
Para tu oído, —si quieres
Levantar tu frente al cielo
Tienes que pisar muy fuerte
La tierra en que estás, el hombre
Marcha ufano á la conquista
De una ciudad, la del Buen
Acuerdo; para ir
Hasta ella, tiene el bravo
Que cruzar zarzas ardientes,
Derribar monstruos, luchar,
Cuerpo desnudo, con todas
Las fuerzas que se le opongan
Y vencerlas. Fijate
Que esta condición no puede
Eludirse. Ahora GAVROCHE
—Pies descalzos, sombra errante,
Cuerpo haraposo —¿te animas
A entrar en lucha? Derecho
Tienes á vivir y mueres.
Eres diamante en el barro!
Condenado á sucumbir
Por un órden que es desórden
Hecho á favor de una casta
Que te oprime, que te explota y te aniquila
Al amparo de esa misma religión, cómplice ha tiempo
Pues su verdad se hizo vieja...
GAVROCHE yo te hablo en nombre
De una verdad, de la que hoy
Conocemos y si así
No lo hiciera te engañara
Sabiendo. Bien ¡yo no quiero
Engañarte! Tienes dos
Caminos para seguir:
Serás esclavo ó rebelde
Según elijas; ahora
Si no quieres ser esclavo
Juntos marcharemois, yo
Soy rebelde!

de Alberto Ghiraldo,
en La tiranía del frac... (Crónica de un preso), Biblioteca Popular de "Martín Fierro", 1905.

domingo, 19 de junio de 2022

HAY VOCES LIBRES (Fragmentos)

HAY VOCES LIBRES (Fragmentos)

Hay voces libres
y hay voces con cadenas
y hay piedra y leño y despejada llama que consume,
hombres que sangran contra el sueño
y témpanos que se derrumban sobre las calles sin gemido.
Hay límites en lo que no se mueve entre las manos
y en lo que corre corre y huye como una herida,
en la arena intangible cuando el sol adormece
y en esa inconfundible precisión de los astros [...]

Hay límites
y hay cuerpos.
Hay voces libres
y hay voces con cadenas.
Hay barcos que cruzan lentos sobre los lentos mares
y barcos que se hunden medio podridos en el cieno profundo.
Hay manteles tendidos a la luz de la luna
y cuerpos que tiritan sin sombra bajo la oscuridad de la miseria. [...]

Hay voces libres
y hay voces con cadenas
y hay palabras que se funden al chocar contra el aire
y hay corazones que golpean en la pared como una llama.

Hay límites
y hay cuerpos
y hay sangre que agoniza separada bajo las duras cruces de unos hierros
y sangre que pasea dulcemente bajo la sombra de los árboles.
Hay hombres que descansan sin dolor contra el sueño
y témpanos que se derrumban sobre las piedras sin gemido.

de Emilio Prados,
en Una mano tomó la otra - Poemas para construir sueños (selección de Pedro Hilario Silva y otros), Comunidad de Madrid, 2004.

miércoles, 8 de junio de 2022

Sueño abstracto

Sueño abstracto

Indecible fragmento
insípido martilleo
en la neurosis colonizada
Mi isla
pasarela de naufragios
en las cadenas de vientos negreros
isla delirio
irreal genio
ideal martilleo
en los zarcillos de la negación
Mi isla
derrumbada en el eco del olvido
isla tácita, código de mareas negreras
Ilusión mística
desmembramiento tiránico
fecundado en la histeria
Mi isla,
resguarda su misterio
en el tormento de hordas
isla agotada, en las cadenas negreras.

de Navia Magloire,
en "Haití en femenino - Veintidós voces" (Saint-John Kauss "John Nelson"), Cuadernos de Literatura del Caribe e Hispanoamérica, n°18, julio-diciembre, CONEL Publishing, 2013.
Versiones al español de Cristina García, María García y Alejandro Múnera. 

viernes, 15 de abril de 2022

LA VIRGINIDAD PRODUCE

LA VIRGINIDAD PRODUCE

cáncer,

vacúnate.

Son las primeras palabras que vas a leer
al entrar en la celda en la que vas a tirarte
los tres próximos días. El período,
como lo llaman aquí. Cinco palabras
dispuestas de esa forma, en ese orden concreto,
con la única intención de meterte el miedo
por el culo, acojonarte,
como si no lo estuvieras ya bastante.

Las han escrito en el tabique que separa
la taza del váter y el lavabo del resto de la celda.
La taza no tiene tapa. La cisterna no tiene
ni agua
ni cadena. El lavabo está sucio, y atascado,
y                     el resto de la celda, es precisamente eso:
resto, restos de la inmundicia
que te han dejado de recuerdo
otros que pasaron por aquí primero que tú:

mantas picajosas, llenas de pelos,
colillas,
periódicos atrasados

y                     revistas pornográficas,
con las páginas pegadas entre sí por escupitajos
amarillentos
de semen reseco,

y                      además, en las paredes, en el techo, en la puerta,
por todas partes, escritas con la llama del mechero
o con el mango afilado de una cuchara,
cantidad de frases:

Odio y muerte a los maderos.

Prohibido escupir en el suelo.

No llores por no ver el sol
pues tus lágrimas te impedirán ver las estrellas.(1)

La virginidad produce cáncer,

vacúnate.

Entonces te subes a la ventana (vete
acostumbrándote a llamarla por su nombre:
perlacha), te subes a la perlacha
y                      echas un vistazo al patio:

unos mendas disputan un partido de futbito;
otros dan vueltas, con las manos a la espalda,
como si todavía llevaran puestas las esposas;

otros están sentados, contándose milongas;
y                 hay uno que se apoya en la ventanilla del economato
y                             que va vestido con un traje de baño
de esos que imitan la piel de un leopardo.

La virginidad produce

cáncer,

vacúnate.

de David González,
en El demonio te coma las orejas, Biblioteca Omegalfa, 2020.
(1) Versos de Rabindranaz Tagore.

domingo, 24 de octubre de 2021

Negro sin nada en tu casa

Negro sin nada en tu casa

Yo te he visto cavar minas de oro
—negro sin tierra—.

Yo te he visto sacar grandes diamantes de la tierra
—negro sin tierra—.

Y como si sacaras a pedazos tu cuerpo de la tierra,
te vi sacar carbones de la tierra.

Cien veces yo te he visto echar semillas en la tierra
—negro sin tierra—.

Y siempre tu sudor que no termina
de caer en la tierra.

Tu sudor tan antiguo, pero siempre tan nuevo
tu sudor en la tierra.

Agua de tu dolor que fertiliza
más que el agua de nube.

Tu sudor, tu sudor. Y todo para aquél
que tiene cien corbatas, cuatro coches de lujo,
y no pisa la tierra.

Sólo cuando la tierra no sea tuya,
será tuya la tierra.

de Manuel del Cabral,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

lunes, 18 de octubre de 2021

Adivinanzas

Adivinanzas

En los dientes, la mañana,
y la noche en el pellejo.
¿Quién será, quién no será?
-El negro.

Con ser hembra y no ser bella,
harás lo que ella te mande.
¿Quién será, quién no será?
-El hambre.

Esclava de los esclavos,
y con los dueños, tirana.
¿Quién será, quién no será?
-La caña.

Escándalo de una mano
que nunca ignora la otra.
¿Quién será, quién no será?
-La limosna.

Un hombre que está llorando
con la risa que aprendió.
¿Quién será, quién no será?
-Yo.

De Nicolás Guillén,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.22, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

viernes, 3 de septiembre de 2021

Los tanteros

 Los tanteros

Sólo un hato de negros
descargados en el campo,
arando, plantando, segando,
para hacer que el algodón rinda.
Cuando el algodón es recogido
y el trabajo terminado
el patrón toma el dinero
y nosotros no recibimos nada,
nos deja hambrientos, andrajosos
como estábamos antes.
Los años van y vienen
y nosotros somos nada más
que un hato de negros
descargados en el campo
arando la vida entera
para hacer que el algodón rinda.

de Langston Hughes,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

miércoles, 23 de junio de 2021

Lynch

Lynch

Lynch de Alabama.
Rabo en forma de látigo
y pezuñas terciarias.
Suele manifestarse
con una gran cruz en llamas.
Se alimenta de negros, sogas,
fuego, sangre, clavos,
alquitrán.

                     Capturado
junto a una horca. Macho.
Castrado.
de Nicolás Guillén,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

martes, 18 de mayo de 2021

Extraño fruto

  Extraño fruto

Los árboles del sur dan un fruto extraño.
Sangre en las hojas y sangre en la raíz.
Cuerpos negros meciéndose en la brisa.
Un extraño fruto cuelga de los álamos.

Escena bucólica del galante sur.
Los ojos saltones, la boca deformada,
perfume de magnolias, dulce y fresco,
y el repentino olor a carne quemada.

Es un fruto que los cuervos picotean,
la lluvia macera, el viento orea,
el sol descompone y el árbol deja caer.
He aquí una extraña y amarga cosecha.

de Lewis Allan,
en Poesía social y revolucionaria del siglo XX (selección de Jorge Brega), Editorial Agora, 2012.

miércoles, 28 de abril de 2021

El grito

 El grito

Niña de los trópicos,
hija de esclavos soy
no es una queja
ni un lamento
es un grito

un grito
para que sobreviva la memoria
para que se quede la imagen
de las cadenas
que rompí de mi poesía
que quebré de mis miedos
que arranqué de mis limitaciones
que abolí de mis discursos
para que las cadenas sean símbolos
de lo que nunca jamás será

niña de los trópicos
hija de esclavos
mi país se inscribe en letras de fuego
en ojos de niños
el mar se lleva los suspiros

mi abuelo
se había lacerado las manos
con las hojas de las cañas de azúcar
abuela
con una gota de clairin sobre mi lengua
me dio la bienvenida
el día de mi nacimiento

Martinica-Haití
caribe de mis aflicciones
identidad rebelde

ancestros de horizontes lejanos
todavía sigo meciéndolos
con las melodías de mi memoria

sobre este barco
cuyo nombre se me ha vuelto hostil
el destino
ya les había seguido los pasos
sobre esta tierra de perfumes de especias
la vida se había cuajado
y fue bella bajo el sol
somnoliento a la caída de la tarde
fue coloreada por los creoles
cuya piel es de todos los matices

mi memoria me golpea el pecho
lo hincha de orgullo
yo asocio la sangre con la caña de azúcar
la de mi abuelo a quien no conocí
abuelo
derrumbado bajo el látigo del colono

África y su selva
me quedaron enclaustradas en el alma

cambio de piel
cambio de color
a merced de mi memoria
que se quiere historia
que se quiere futuro

en mis ojos
una lágrima salada

Haití-Martinica
azul fantasmal
el pasado nos hila el alma
el grito vuelve
siempre con fuerza
a reventarme en la garganta
¿la sangre de mi abuelo
derramada en vano?
la carne despedazada de los negros
mezclada con el polvo

mi país se muere
la independencia parece ser una farsa
el hombre da la impresión de perder la memoria
el hombre
en cuatro patas
lame las botas de los colonos modernos

doy alaridos
hasta romper mis cuerdas vocales
el honor se vende
por puñados de manos verdes
el honor se cambia
por un Nike un Armani un Dior

la identidad creole vilipendiada
mi abuelo asesinado
por segunda vez

¡No!
no regresaré a los campos de caña
me volveré Gobernador General
como Michaëlle Jean
me volveré presidente
como Obama
para dirigir a los colonos
para educar a los colonos
el sueño se hace realidad
¡que así sea!

de Jeanie Jourdain Bogart,
en "Haití en femenino - Veintidós voces" (Saint-John Kauss "John Nelson"), Cuadernos de Literatura del Caribe e Hispanoamérica, n°18, julio-diciembre, CONEL Publishing, 2013.
Versiones al español de Cristina García, María García y Alejandro Múnera. 

jueves, 11 de febrero de 2021

El Grande y el Chico

El Grande y el Chico

No hay derecho, no hay ley; todo es mentira; 
no hay más ley ni derecho que la fuerza. 
Yo tengo entre mis manos los cañones, 
sentado sobre el solio de la tierra. 

Tú, miserable esclavo, 
que bajo el ceño de mi frente tiemblas, 
¿qué es lo que tienes sobre el mundo mío? 

— Yo arrastro la cadena. 
No hay virtud, no hay honor, no hay más que el oro; 
él transforma la crápula en nobleza, 
y en medio del espanto de la vida
cambia en un paraíso la existencia.

Y tú, burro de carga, 
que el trabajo mendigas a mi puerta, 
¿qué tienes tuyo bajo el sol del cielo?

— El hambre y la pobreza.

de Ricardo Gutiérrez,
en La Literatura Social en la Argentina (Álvaro Yunque), Editorial Claridad, 1941.

domingo, 24 de enero de 2021

viernes, 25 de diciembre de 2020

NAVIDAD NEGRA

NAVIDAD NEGRA

Sobre la estera de palma
ha nacido un niño negro.
La carne blanda, y la piel
como una noche de invierno.

Cerrad esa risa loca,
apagad la luz y el jazz,
que no le quiten la piel
que le van a hacer llorar.

La madre es negra, y los dientes
blancos como los luceros,
el padre, un negro robusto,
sin corbata ni sombrero,
con la cara ensangrentada
y con los puños abiertos.

Cerrad esa risa loca...

Sobre un pesebre de paja
ha nacido un niño negro.
La virgen negra, y los dientes
blancos, como los corderos.

San José un negro robusto
lleva el dolor al destierro...

Cerrad ese llanto amargo
que Herodes lo va a encontrar,
que no le quiten la piel
que le van a hacer llorar.

La nieve es negra en Arkansas
y los pastores son negros.

Los reyes traen de Arabia
en un navio negrero
siguiendo una estrella negra
dólares y cocos frescos.

Cerrad esa risa loca,
apagad la luz del jazz,
que no le quiten la piel
que le van a hacer llorar,
que le van a hacer llorar...

de Víctor Manuel Arbeloa,
en Poesía Religiosa - Antología (Leopoldo de Luis), Alfaguara, 1969.

viernes, 18 de diciembre de 2020

RUSIA

RUSIA

Enorme y santa Rusia, la tempestad te llama!
Ya agita tus nevados cabellos, y en tus venas
 la sangre de Rurico, vieja y heroica inflama…
 Desde el Neva hasta el Cáucaso con tu rugido llenas
 las selvas milenarias, las estepas sombrías…

 —Mujik, tu arado hiere; tu hoz, mujik, hiere y mata;
 como la negra tierra los pechos abrirán;
 tiñéranse en tus manos las hoces de escarlata….

 —Padre Zar, ese pueblo te llama padre. Tiene
 callosas las rodillas y las manos callosas;
 si hasta el umbral de mármol de tu palacio viene
 con manos y rodillas se arrastrará en sus losas.

 —Allá lejos, muy lejos, donde el sol nace, luchan,
 Mujik, tus hijos, desfallecen y mueren…
 —Padre Zar, los esclavos tu sacra voz no escuchan
 aunque las rojas lenguas del knut sus flancos hieren.

 —Mujik, en tus entrañas el hambre ruge… —El cielo,
 señor, te dio su vida… —Mujik, cuando las fieras
 sienten el hambre, aguzan sus garras en el hielo.
 Tú… ¡que el pastor te entregue la cervatilla esperas!

 —Padre Zar, los gusanos quieren ser hombres. Miran
 de frente al sol. Te miran de frente… ¿Qué malignos
 genios sus tentaciones de rebelión inspiran
 cuando son de tu misma misericordia indignos?

 —Llenas están de sangre las lúgubres prisiones,
 llenos están de aullidos los hondos subterráneos…
 De la vida y la muerte, tú, como Dios, dispones;
 ¡ya saben el camino las hachas de los cráneos!

 —Mujik, las muchedumbres que tu señor domina,
 que tiemblan si al mirarlas sus ojos centellean,
 van del brumoso Báltico a la apartada China
 y las naciones todas a sus pies serpentean.

 ¡Ay, si de cada pecho brotara un solo grito!
 ¡Si un solo golpe diera cada afrentada mano!
 ¡Su empuje arrancaría la mole de granito,
 como el de los millones de gotas del Océano!

 ¡Enorme y santa Rusia! De tu dolor sagrado
 como de un nuevo Gólgota, fe y esperanza llueve…
 La hoguera que consuma los restos del pasado
 saldrá de las entrañas del país de la nieve.

 El pueblo con la planta del déspota en la nuca,
 muerde la tierra esclava con sus rabiosos dientes,
 ¡y tíñese entre tanto la sociedad caduca
 con el sangriento rojo de todos los Ponientes!

 1906 

de Ricardo Jaimes Freyre,
en Obra poética y narrativa, Plural Editores, 2005.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

pregúntale al oprimido...

pregúntale al oprimido
por el color del cielo
y te dirá que es verde

pregúntale por el color de tus ojos
y no sabrá responderte
más que el color de tus zapatos

ofrécele descanso
a la sombra de un árbol
y te mirará espantado

de Félix Sánchez Durán,
en Somos, Ferrero/Hartmann, 2020.

jueves, 20 de agosto de 2020

Tenían pies idénticos...

Tenían pies idénticos
Pero posturas distintas
Uno erguido, encorvado el otro
En la arena sus huellas
No eran las mismas

Por Félix Sánchez Durán.

lunes, 25 de mayo de 2020

HAY UN DEBER

HAY UN DEBER

Amas la vida? Entonces ¿por qué no luchas? ¡Ea!
A vindicarla para dignificarnos, para
Que nuestras pobres hijos no oficien en el ara
De tanto vicio malo, de tanta cosa fea!

Ser hombre es ser soldado y aquel que no lo sea
Tampoco será hombre. Yo lucho, cara á cara
Contra lo que me ofende: altar ó cruz ó tiara.
Contra lo que me ahoga : ley ó fundo ó ralea.

Hay el deber sagrado de la lucha. Confío
No en mis amores, en mis odios! Por esto
Ganó Satán un reino... ¡Que tal vez era el mío!

Ni la lid te acobarde ni la altura te asombre:
El amor es un gesto, el odio es otro gesto!...
¡Y el más hermoso gesto de la vida es el hombre!

de Federico Gutiérrez,
en Nuestro Parnaso - Colección de Poesías Argentinas (Cuarto Volumen), Ernesto Mario Barreda/Ediciones M. Gleizer, 1914.