Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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sábado, 14 de noviembre de 2020

Escribir después de Auschwitz

 Escribir después de Auschwitz

“No nos está permitido conceder a Hitler
ninguna victoria póstuma”
—Emil L. Fackenheim

Escribir entonces
para no conceder más victorias póstumas a Hitler:
la claudicación de nuestra esperanza,
nuestro olvido de las víctimas,
el paso tuyo amargo tras las escaleras.

Escribir, entonces, con un puñal en las manos,
con una boca viva hablando en nuestra propia boca.

Denunciar a los culpables
y salir al mundo fieramente
con poco más que rabia entre las uñas
con que hacer reventar lo viejo en lo ya nuevo;
—y estrangular los respiros
                                                        de la desaparición.

de Enrique Falcón,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.31, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

martes, 3 de noviembre de 2020

En comisaría

En comisaría

Conclusión de las autopsias realizadas

Hora va a ser de no buscarte y
entonces
qué pasa con tu señal horaria marcada en las tormentas
qué pasa con las novias perdidas por los cuartos
y qué con los poemas detenidos
la palabra en régimen de aislamiento
en cuanto casi todo ha sido ya canción y rabia
a quién deja su elegía
la caja de los muertos y el camino

con qué fusiles.

de Enrique Falcón,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.31, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

jueves, 22 de octubre de 2020

Canción del levantado

Canción del levantado

No adoptes nunca el nombre que te dé la policía
No acerques tu caricia a la piel del invasor
No comas de su trigo, no bebas más su leche
No dejes que tu alberca la vuelvan lodazal

No esperes casi nada de su magistratura
No reces en su lengua, no bailes con sus ropas
No pierdas nunca el agua que duerme a los guardianes
Ni alojes en su boca la sal de tu estupor

No guardes en el sótano más bombas incendiarias
No firmes con tu letra los presagios del poder
No tiendas más cadáveres en la comisaría
No esperes nunca nada de la voz del ataúd

No entregues tu camisa a ninguno de sus bancos
Ni viertas en tu vientre el pozal de una bandera
No lleves a tu amigo a los pies del impostor
No dejes que su lengua fructifique tras tu casa

No permitas a tus hijos,
nunca dejes a tus hijos
esconderse en su jardín.

de Enrique Falcón,
en Entre los Poetas Míos... - Colección Antológica de Poesía Social Vol.31, Biblioteca Virtual Omegalfa, 2013.

domingo, 30 de diciembre de 2018

España y poesía, viejita y regañada

España y poesía, viejita y regañada

con la complicidad de Eladio Orta

En mi país cocido de lejos buenamente con las tripas afuera
los poetas comen jeringuillas con leche
carne de avestruz
brotan de las cuevas con un poco de saliva
se derraman por el campo como niños sin dientes.

En mi país cuchillo en las trenzas de los buenos empresarios
no hay huelgas generales:
los poetas las evitan con un trapo en la boca
brotan de las cuevas con temblores de piel
y lamen los cercados de los hombres ricos.

En mi país castigo en periferia de los barrios más bellos
se prohíben cosas que no sean de madera:
con blancos mondadientes se arrancan los colmillos
los poetas honestos de todo el país
brotan de las cuevas con los párpados mudos
para luego calmarse con trescientos espejos
los poetas honestos de todo el país.

Mi?
verdadero conflicto:
que me muerden mis versos,
que no tengo país.

de Enrique Falcón,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

martes, 18 de diciembre de 2018

La marcha de 150.000.000 (canto XLVII)

La marcha de 150.000.000
(canto XLVII)

ES ASÍ como se mueve, desde que murieron, tenso aún y amargo para un tiempo de incertidumbre fabricada; contra todo descanso, así como merodea, a un tiempo en los límites del mundo y en el estallido de su ritmo previsible. En los márgenes de la historia, para el vértigo del pensamiento que abisman los que luchan, plantada a mitad de los conflictos del lenguaje y la resurrección de lo que todavía resiste, E se despeina para las matanzas, volcada en la suerte de los hombres y los pueblos, como para decir de pronto –y así expresarlo–: yo. Nosotros. En la intemperie del deseo. Es así como se mueve, como rearmo el arco en la garganta; así como comienzo. En

tonces
habló por su boca la mitad de su memoria
y un ojo de niño se volcó de parte a parte. No
más: de E habréis de oír más tarde (no todavía), de sus
venas
para siempre ya azules —de la cruz a mil metros de
distancia,
... el terror de la lengua al mediodía.
De momento, habrás de levantarte
y salir al mundo con los pies tendidos,
tantearte en los muslos, abrazar alguna cosa
hasta que pueda parecerte piel, olor a cuerpo –pan
que se reparte y te da miedo.
Canta en Santuario, atraviesa sus paredes:
despierta los fusiles en el cuajo de tu lágrima.
Entra en quienes te acogieron y remátales el clavo,
el dolor inútil a quienes escogiste

y eleva tu silencio:
No más, recuerda.
Prepararás la mesa con incendios blancos y
detonaciones,
a la noche su cordero y su voz de hilo,
trepanarás el vaso por su holgura rota
y 150.000.000 de nervios tensísimos cubrirán tu ojo.
Para entonces nosotros ya seremos la garganta violada
y no se arrancará del poema
una sílaba más
de la que dijiste:
una voz en Santuario, el cerco a tus hermanos, ...todo
el mar
tu cansancio de siglos con sabor a tabaco.
Los que aquí murieron
te abrieran las manos con su pan encendido.
Para entonces nosotros
solamente nosotros
ya seríamos tu mano estrellada,
la indócil paciencia del pueblo y la caída de Dios.
Nada más, recuerda: "—ponedle a mi flor flores de
lehua".
Si hablamos ahora es por lo que ahora tendrá que venir.
Por lo que habrás de llorar.
Por lo que hay que mentir.
(Si ahora, por el tiempo de los hijos
—y con ellos, la cal de la laringe—
la ciudad trepanada: su ocaso en los rincones.)
Para entonces nosotros
abriremos tu cuerpo con la sal que nos dejaste,
miraremos dentro y te creerás desnudo:
con tu lengua sin llagas nombraremos la caída
con una lengua de hombres vaciarán tu tierra extraña
hasta poseerla y volverla infértil.

Beberán tu vino y sembrarán tus campos,
por lo que habrás de llorar, colmarán el árbol muchos
días
con poemas muertos y con fusilamientos.
A la caída del mundo, ya todo habrá empezado:
la mirada de Dios, la matanza de los hombres, un tiro
azul
sobre el cuerpo en aspa de las novias:
tu canción será canción para jamás nombrarte
para jamás decirte

(en una lengua inútil) lo estéril de tu canto.

de Enrique Falcón,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

La marcha de 150.000.000 (canto XII)

La marcha de 150.000.000
(canto XII)

1 Soy altura de perro.
2 Naceré en los instantes de cada luz volcada.
3 Mis nombres me los dieron el libro la bala la guerrilla.
4 Tuve amigos.
5 Los huesos se apagaran con una voz tranquila una voz
prestada.
6 A lo lejos mis ojos se derrumban tras el humo de los
tanques.
7 No sé si respirar.
8 Extrajeron las algas los caminos tus clavículas de
estaño.
9 Extrajeron los gatos sus agujas de trampas policiales.
10 Sacaron los esófagos extirparon las camisas de su
dueño.
11 No hubo ruido.
12 Soy altura de niño enloqueciendo todas estas tumbas.
13 Otra vez naciendo muerto en las matanzas de la boca.
14 No sé si respirar.
15 Hablaron como bucles en el plomo.
16 Hablaron como tengo que plantar un árbol nuevo.
17 Hablaron como si-has de respirar?
18 Soy la altura de un pueblo perseguido.
19 Naciendo a cada instante de una bala muerta.
20 He de ensuciar los patios los cuchillos los pozos ciegos.
21 Entierran a los hombres con un pañal de frío.
22 Algunas detenciones te incomodan.
23 Ruptura entre la sangre de las tardes tranquilas.
24 Quiero morder las averiguaciones.
25 Quiero levantar el mirto abierto.
26 Estas zonas ilegales.
27 Estas llagas.
28 No sé si respirar.
29 Poseeré todas las hojas las escuelas los fusiles.
30 Cuando ya me hayan convertido.
31 Repleto de estaciones y cuartillas estúpidas.
32 Cada lenguaje castiga las bocas.
33 He de poseerme refugio y estanques en flor.
34 He de levantar todas las ventanas.
35 He de conseguirte menta barricada pájaro y estampida.
36 A los voluntarios que dejaron la noche.
37 Al heno, al último peligro en los portales.
38 Soy el primer hombre en haberte avistado.
39 Altura de las lenguas en las masacres públicas radiadas.
40 Poseo todo lo advertido las canciones.
41 Naceré de las conchas que volcaron tu hambre.
42 A los sucios epitafios de la zona prohibida.
43 A tu nuca de aguaceros detenciones perfectas.
44 A tus ojos descritos en las cartas oficiales.
45 Soy amargo como un niño tremendo.
46 Yo no sé si respirar.
47 Un perro que baja entre el suicidio del agua.
48 Mis dedos despelados por el nervio de la sangre.
49 Y, sí, yo te he visto desde antes de nacer.
50 Besabas clavícula meseta funda de los muros.
51 Que te bebiste la muerte sobre el árbol del madero.
52 Todo lo que no pude contra el olivo.
53 O para ti, —ruedo a rabias de Revolución.
54 En los dedales de su puño hambriento.
55 A la espera de otra soledad.
56 Yo no sé si respirarte-decirte tierra, “aliento”.
57 Con mis labios atravieso la historia niña de los
desposeídos.
58 Diminuto como un pretexto blanco.
59 Quiero pasarte por encima - por debajo toda tu sed.
60 Quiero penetrar tu vientre hendido.
61 Yo no sé si respirar.
62 Una altura de mujeres dislocadas.
63 Por los campos rojos de las revueltas yo
camino.
64 (Sólo las grietas que fusilan los caminos).
65 Solas las cenizas, arrasadas, todas marcha,
liquen-boca, —y nevisca.
66 Yo no sé si respirar.
67 Como tú: loco y calentura,
68 Soy el primer hombre en decirte hermano.

de Enrique Falcón,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

La marcha de 150.000.000 (canto I)

La marcha de 150.000.000
(canto I)

Porque nada sé de ti
que no sea el paso de los bueyes por el rostro

no
de ti porque frente eres
alta de piedra y cordillera en lucha
empinándote con venas sobre todas estas marchas
gimiendo tú de fugas y estaciones secas en la cárcel
por
eso digo
que nada es tuyo y que dibuja
mi palabra nevados por la sangre
que la hambruna habría de robarnos
(así los muertos) pájaros heridos y asco de montañas
curvándote los ojos—
bien-
aventuradas estas manos es-
tas clavículas en paso incierto por las lomas
dolorosas de mi cuerpo blanco,
porque sé que no eres cáncer
ni hierba triste torciéndote los hombros

Como un músculo mordido,
como un cuenco de salitre
vi tu huída de las chozas, tu muerte en matemática
oleada de sogas y puñales,
la mordaza de la hoja tras el ruido
cuando era necesario detenerse frente al mar,
no yo,
antes que cayeran las sonajas de la noche
y cantaran con tu nombre los aullidos del mundo.

(Porque nada sé de ti,
para dejarme matar
he de dejar de mirarte):
Del
desastre entre nosotros hay un hombre que escapa
un hombre
perdido en la tormenta, nuevamente como un ciervo
mojándose del luto
un hombre entre los dedos, una rabia
de arena tras las bocas de la muerte,
...porque sé que desconoces...
la costa entre el infierno en los Estados de Sitio,

y el olor del amoniaco y el éter recubriéndote el espanto
allí donde los valles
y una siembra enferma te concentren,
porque nada sé de ti
que no sean tus muslos hablándome tan altos...

que la agitación
larga de las luces
—escarcha y limo de volcanes son mi rostro—
rechine tras la edad de los bosques absurdos
y al final se desentierren 20.000 flores negras,
20.000 flores blancas,
20.000 espaldas con capuchas y electrodos:
una líquida mención
a reclusiones bajo régimen de aislamiento

...Sin camisa apenas
acribillado de estrellas nueve veces,
en la madera dientes invisibles
y el pulmón peleando por una barricada boreal...

Porque nada sé de ti
ni el lugar donde te entierran látigo-de-barro,
que la tierra es de los pobres, cervatillo
de estaños tu mejilla y plática del tigre
pudriendo los zapatos de mi dios.
Por eso el oleaje se desliza de tus ojos
parecida tú a ti cuando hablas
(frío adentro) y revives la revuelta
de los puños en Mayo
y el reparto de la tierra y la
necesaria expropiación del pan, o su conquista,
porque el propio jirón del vuelo ha predicado tu
nombre en las matanzas

porque dices arrasal de arena entre las calles
porque tú, parecida a ti,
nada eres sino cuerpo en horizonte
y recodo de savia y bilis tensa del metal
(ansia tú, toda prodigio
hondo de la boca):

...”destruidnos juntos”.

de Enrique Falcón,
en Once poetas críticos en la poesía española reciente (Enrique Falcón, coord.), Baile del sol, 2007.

martes, 12 de diciembre de 2017

Vientres de Madrid y de Bagdad

Vientres de Madrid y de Bagdad

[13 de marzo de 2004]

“(…) la lógica de la guerra a todos sus niveles conduce al
hermanamiento de todas sus víctimas civiles, sean éstas del
bando que sean: un inesperado cordón umbilical parece unirlas
todas y dejan sin argumentos, y completamente solos, a los
señores canallas de la guerra.”
—Eugen Drewermann: “Contra la injusticia”

Sólo entonces
os he visto.

En la nuca partida del suelo iraquí.
Y en la sangre bramando por la grava de Atocha.

Y en el Pozo:
izando sus calambres tras una siembra triste,
los ombligos de los hombres
abiertos y a cuchilla por los perros del Amo.

Yo cuido de los vientres de las novias perdidas
–los hombros de los niños se han quedado sin hora;
cuido de las oraciones cansadas de la tierra
y del largo cabello de todos nuestros muertos.

Soy el pueblo sin puñal y tres veces devastado,
el silbo de una cuenta enmudecida.
Yo cuido de las flores y los peines:
soy un hombre en la altura de todas vuestras muecas.

Y escarbo en las costillas de la bestia
besando lo imposible que habla en vuestra sangre:
soy el hombre que cuelga de un ombligo,
la cólera enterrada en los pozos del mundo.

Y os digo:

que la lumbre tronará por los espejos
que un caballo volteará por vuestra boca
que siempre las heridas
de todos estos hijos
saldrán casi estallando por un fundado cielo.

Sólo entonces
os he visto,
a los unos y a los otros, sangre terca unida ahora.

Desde entonces sea el hombre:

yo bramo en vuestro propio
cordón umbilical.

de Enrique Falcón,
en Taberna roja y otros poemas, Baile del sol, 2008.

sábado, 9 de diciembre de 2017

Continuación de los territorios ocupados

Continuación de los territorios ocupados

[ Escrito antes de la muerte de Y. A. ]

“Es exactamente lo que según Bush necesitan los
palestinos: una economía de mercado modelada
según EEUU con compañías como Enron, Arthur
Andersen, Adelphia, Global Crossing, Dynergy, Tyco,
Qwest, Imclone, WorldCom, Xerox, y Martha Stewart
Living Omnimedia.”

Tom Turnipseed (“Crime in the Suites”)

Con los deditos manchados ha dicho el presidente
que su apoyo a un estado libre en la zona
depende de la salida de arafat, primero,
y de que el pueblo palestino acepte por fin
la economía global de mercado.

Lo que viene a confirmar
todo lo contrario que el once de septiembre:

bombardear con capitalismo
las ruinas de una guerra.

de Enrique Falcón,
en Taberna roja y otros poemas, Baile del sol, 2008.

jueves, 6 de octubre de 2016

Receta para militares de alta graduación

Receta para militares de alta graduación

"La guerra, mientras se libre en el territorio de
otros, es buena para nuestra economía."
(John Steele Gordon
en el Brian Williams Show de la CNBC)

consiga usted primero que le mientan la hora,
que le rompan las insignias con un tallo de trigo
consiga, si lo tiene, despistar su cansancio
en una tarde húmeda cuando estallen las nubes

entonces no
tema usted la suerte:

un niño misterioso habrá de visitarle
entrando por su alcoba por donde venga el frío

allí ha de mirarle,
—justo en medio de la boca
—justo en medio de la herida

por donde cantan los hombres
que usted ha deshombrado

de Enrique Falcón,
en Taberna Roja y otros poemas, Baile del Sol, Tenerife, 2008.

martes, 4 de octubre de 2016

Tierra averno

Tierra averno

El estupor es el de Dios, a mitad de su camino
braman las cosas su dolor de hombre.

De todo mi Dios este canturreo
que lleva en las caderas el amor todo del mundo:

sólo el aire me pregunta
quién trajo a los muertos, qué es lo que no dicen

y por qué calla mi Dios
las respuestas ensilladas en las tumbas del aire.

de Enrique Falcón,
en Taberna Roja y otros poemas, Baile del Sol, Tenerife, 2008.

domingo, 2 de octubre de 2016

Todos vosotros

Todos vosotros

(Poema que la gente de las asambleas barriales
de Matanzas, Argentina, pidió acompañar
la guitarra sublevada de Javier Peñañori)

Para ser la mano y la protesta
que combaten con pan la bruma en un cuchillo.

Para transformar el miedo largo que nos sitia
y decir que no hay victoria
ni en los perros del amo ni en su caza del hombre.

Porque van a mirarnos los hijos del tiempo
altamente en su grito hermano decisivo
cuando estalla con la siembra su asirse a la esperanza.

Porque la vida, pese a todo, importa y con ella resistimos,
así puedas tú abrirme y escucharme:
que aquí se te invita a levantarte.

Por detrás del precipicio,
clarea urgente el canto de la espiga
desde el suelo que sois todos vosotros.

de Enrique Falcón,
en Taberna Roja y otros poemas, Baile del Sol, Tenerife, 2008.