Las palabras necesitan de un contexto histórico, político, social, cultural, económico y biográfico para significar. Exhorto a lxs lectorxs/militantes a realizar un viaje de conocimiento acerca de lugares, tiempos y autorxs para enriquecer la experiencia literaria que propongo en este espacio. Gracias.
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martes, 13 de febrero de 2024

AL PEQUEÑO APARATO DE RADIO

 AL PEQUEÑO APARATO DE RADIO

CAJITA con la que cargué cuidadosamente en mi huida
de casa al barco y del barco al tren
para que sus lámparas tampoco se me rompiesen
y mis enemigos no dejaran de hablarme

en la cabecera de la cama y con gran dolor mío
de sus victorias y mis penalidades
cerrando la noche y empezando la madrugada:
¡prométeme no enmudecer nunca de repente!

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.

sábado, 20 de enero de 2024

LAS PIPAS DE FUMAR

  LAS PIPAS DE FUMAR

AL salir corriendo para la frontera, dejé los libros
en manos de mis amigos y renuncié a la poesía
pero me traje las pipas, vulnerando
la regla básica del refugiado: ¡No guardes nada!

Los libros no dicen mucho al que ahora
espera a esa gentuza que ya se acerca a capturarlo.
La petaca y las viejas pipas
pueden hacer más por él.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.

sábado, 30 de diciembre de 2023

PAISAJE FINLANDÉS

PAISAJE FINLANDÉS

¡AGUAS ricas en peces! ¡Bosques de hermosos árboles!
¡Aromas de abedules y de bayas!
¡Viento coral que mece un soplo
tan suave como escapado de esas lecheras metálicas
que bajan rodando de la granja blanca!
Olores y sonidos e imagen y sentido se confunden.
Sentado en la hondura de alisos, el fugitivo reanuda
su difícil oficio: mantener la esperanza.

Observa con cuidado la espiga bien colmada
y a la robusta criatura que se inclina hacia el agua
pero también a los que ni el grano ni la leche alimentan.
Pregunta a la balsa que transporta los troncos:
¿Es ésta la madera sin la que no habría patas de palo?
Y ve a un pueblo que calla en dos lenguas.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.

DISPENSA FINLANDESA, 1940

DISPENSA FINLANDESA, 1940

¡Alimentos en penumbra! Un aroma a abeto
oscuro entra por las noches susurrando
y se mezcla al de la dulce leche de las enormes cántaras
y al del tocino ahumado sobre la piedra fría.

¡Cerveza, queso de cabra, pan reciente y frutas del bosque
cogidas en los arbustos grises, mientras cae el rocío!
¡Si pudiera invitaros a los que, más allá de los mares,
la guerra os mantiene los estómagos vacíos!

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.

miércoles, 13 de diciembre de 2023

AL REFUGIO DANÉS

AL REFUGIO DANÉS

¡OH, casa entre el estrecho y el peral!
¿Ha sobrevivido a los bombardeos
la vieja sentencia que en su día el refugiado
grabó en tus paredes: LA VERDAD ES CONCRETA?

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.

jueves, 16 de noviembre de 2023

POEMAS DE LA NATURALEZA

POEMAS DE LA NATURALEZA

A través de los doce cuadrados de la ventana
veo un nudoso peral con las ramas colgando
sobre un césped desigual, protegido con un poco de paja.
Lo limita una franja de tierra removida
en la que hay plantados arbustos y árboles enanos.
Detrás de este seto, pelado ahora sin invierno
corre el sendero, bordeado por una valla
de tablas blanqueadas que llega hasta la rodilla: sólo un metro detrás suyo
se levanta una casita de dos ventanas con marcos verdes de madera
y un tejado de pendiente tan alta como la pared misma.
La pared está pulcramente enjalbegada, así como el par de metros
añadidos que prolongan la casa hacia un lado.
Lo mismo que a la izquierda, donde retrocede un poco,
también en el anexo hay una puerta verde de madera
y, como por el otro lado da a la ría
cuyas aguas cubre la niebla a mano derecha,
la casita, precedida de leñera y arbustos,
tiene, si no me equivoco, un total de tres salidas.
Lo cual viene bien a los habitantes que se oponen a las injusticias
y podrían ser detenidos por la policía.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.

lunes, 30 de octubre de 2023

A UN POETA AMIGO, CON MOTIVO DE SUS POESÍAS DE TEMA ALEMÁN

A UN POETA AMIGO, CON MOTIVO DE SUS POESÍAS
DE TEMA ALEMÁN

DE ese país cuyo suelo se nos impide
pisar (aunque no nos pueden impedir
seguir usando su lengua)
hablas como alguien devorado por el amor y el odio
porque, con malas artes, un rival astuto
lo ha sustituido en el favor de la amada
y piensa en la exhuberancia de sus labios y no olvida
la vaharada de sus axilas, aspirada durante tantos años.
En poemas muy diversos te veo colocar piedras
para casas hace tiempo destruidas y esforzarte
en construir de nuevo lugares arruinados
y me da miedo de que hayas olvidado que tu mano
apunta a una imagen y no a un país
que tu pie no pisa suelo, sólo palabras.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.

jueves, 5 de octubre de 2023

EN AGRADECIMIENTO A MARI HOLD EL 5 DE OCTUBRE DE 1934

EN AGRADECIMIENTO A MARI HOLD EL 5 DE
OCTUBRE DE 1934

DESDE el sur, de casa de mi padre
tras los castaños de la Bleichstrasse
donde tu hermana ya había trabajado, viniste
a cuidarme en la gran ciudad.
¿Hace ya cuántos años?
¡Cómo ha pasado el tiempo!

Te hiciste cargo de mi pequeña vivienda.
Hablando bávaro, la lengua de mi juventud
mantenías todo en orden, con decisión, pero
discretamente. Cuando volvía a casa por la noche
siempre encontraba mi estudio (que había dejado manga por hombro)
tan limpio como si lo acabaran de instalar. El humo
se había disipado. Los papeles
aparecían ordenados en montones y cada uno en su sitio.
En todos aquellos años
nunca se perdió una ficha. Ninguna taza
quedaba a la noche sin lavar ni tampoco
ropa sucia en el armario.

El día empezaba
cuando de madrugaba entrabas con los periódicos
en el pequeño dormitorio y subías las cortinas:
también estaba ya el horno encendido; y el té preparado
cuando yo pasaba a mi estudio
y los copos de avena que sólo tú sabes cocinar.

Como eres una guapa muchacha
me encantaba verte a mi alrededor y todos
los huéspedes te elogiaban y preguntaban: ¿quién
es esta linda muchacha? Y yo les decía: es de Baviera
que es también mi tierra.

Con amabilidad siempre
hacías lo que había que hacer
guardándote tu opinión, aunque
la tuvieras: no había más que mirarte para saber
lo que no te parecía bien. Sin embargo, también servías el té
y los saludables panes a los huéspedes no deseados.
Y tenías una amable sonrisa
hasta para Dudow.

¡Cuánta paciencia mostrabas! Sólo cuando la barba del clásico
ya se estaba pareciendo a la del ladrón a la izquierda de Cristo
trajiste discretamente el agua de afeitar.

También cuidabas de los otros niños. Todas las tardes
te acercabas a la otra casa, sin cansarte
de las nuevas perrerías del pequeño Esteban
ni de la charlatana de Barbarita. Cuando llegaste de Augsburgo
se te escapó una vez temblando que odiabas a los niños, pero
al aparecer Barbarita no tenías ojos más que para ella y pronto
te convertiste en su segunda madre.

La última vez que nos alejamos en coche
(el coche azul de motor suavemente cantarín
que nos ha robado el pintor de brocha gorda; ¡que la vergüenza
siga cayendo sobre él!) de la ciudad de Berlín
nos dijimos: por aquí
nos vamos a volver de momento. Ya
las sombras de los crímenes planeaban sobre la ciudad
que ellos iban a devastar.

Cuando después, lejos de la ciudad que aguza las inteligencias,
compramos una casa
en medio de un parque con un estanque de peces
(el pintor de brocha gorda nos echó de ella; ¡que la vergüenza
siga cayendo sobre él!) te separaste un tiempo de nosotros, pero
al cruzar la frontera hacia lo desconocido, nos seguiste,
ayudándonos a poner la segunda casa, la que era baja y tenía
un remo en el techo de bálago.

Allí
conociste al hombre que te llevó a vivir con él. Ahora
te ocupas de tu propia casa.

QUIEN ES ÚTIL SIEMPRE CORRE EL PELIGRO
DE QUE DEMASIADO LO NECESITEN.
DICHOSO EL QUE EVITA ESE PELIGRO
SIN DEJAR DE SER ÚTIL.


de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.
Traducción de José Muñoz Millanes.

jueves, 21 de septiembre de 2023

PRIMAVERA 1938

PRIMAVERA 1938

1
Hoy domingo de Pascua, temprano
una repentina tormenta de nieve barrió la isla.
Entre los setos verdeantes la nieve había cuajado. Mi joven hijo
me llevó hasta un pequeño albaricoquero apoyado a la pared de la casa
arrancándome de un poema en el que señalaba con el dedo
a los que están preparando una guerra
que puede borrar del mapa el continente, esta isla,
a mi pueblo, mi familia y a mí mismo. Sin decir una palabra
cubrimos con un saco
el árbol arrecido.

2
Sobre el estrecho cuelgan nubes de lluvia, pero el sol
todavía dora el jardín. Los perales
tienen ya hojas verdes, aunque no flor; en cambio los cerezos, que aún
no han echado hojas, lucen floree. Los blancos racimos
parecen brotar directamente de las ramas secas.
Por las aguas rizadas del estrecho
se desliza un barquito con la vela remendada.
Al gorjeo de los estorninos
se mezcla el trueno lejano
de los cañones de las maniobras navales
del Tercer Reich.

3
En estas noches de primavera
se oye a menudo cantar el cárabo
en los sauces que bordean el estrecho.
Los supersticiosos de los campesinos creen que
el cárabo anuncia a los hombres
que no les queda mucho de vida. A mí
que soy consciente de haber dicho la verdad
de los que nos gobiernan, el pájaro fúnebre no necesita
ni siquiera anunciármelo.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.
Traducción de José Muñoz Millanes.

ACERCA DE LA PRIMAVERA

ACERCA DE LA PRIMAVERA

MUCHO antes de que
nos ahogáramos en petróleo, hierro y amoníaco
llegaba cada año el tiempo
del verdecer irresistible y vigoroso de los árboles.
Todos recordamos
el alargarse de los días
el cielo más claro
cómo cambiaba el aire
de la primavera ya cierta.
Aún nos hablan los libros
de esta celebrada estación del año
aunque ya hace mucho que
no se ven en los cielos de nuestras ciudades
las famosas bandadas de pájaros.
La primavera todavía se precipita a sorprender
a gente que viaja en tren.
En las llanuras se deja sentir
igual que antes.
Allá en lo alto, por supuesto,
parecen pasar tormentas:
ya sólo rozan
nuestras antenas.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.
Traducción de José Muñoz Millanes.

martes, 29 de agosto de 2023

PREGUNTAS DE UN OBRERO QUE LEE

PREGUNTAS DE UN OBRERO QUE LEE

Tebas, la de las Siete Puertas, ¿quién la construyó?
En los libros figuran los nombres de los reyes.
¿Arrastraron los reyes los grandes bloques de piedra?
Y Babilonia, destruida tantas veces,
¿quién la volvió a construir otras tantas? ¿En qué casas
de la dorada Lima vivían los obreros que la construyeron?
La noche en que fue terminada la Muralla China,
¿adónde fueron los albañiles? Roma la Grande
está llena de arcos de triunfo. ¿Quién los erigió?
¿Sobre quiénes triunfaron los Césares? Bizancio, tan
cantada,
¿tenía sólo palacios para sus habitantes?
Hasta en la fabulosa Atlántida,
la noche en que el mar se la tragaba, los habitantes clamaban
pidiendo ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿Él solo?
César venció a los galos.
¿No llevaba consigo ni siquiera un cocinero?
Felipe II lloró al hundirse
su flota. ¿No lloró nadie más?
Federico II venció la Guerra de los Siete Años.
¿Quién la venció, además?
Una victoria en cada página.
¿Quién cocinaba los banquetes de la victoria?
Un gran hombre cada diez años.
¿Quién pagaba sus gastos?
Una pregunta para cada historia.

de Bertolt Brecht,
en Un pulso que golpea las tinieblas, Partido de la Revolución Democrática (PRD-DF)/Para Leer en Libertad A.C., 2012.

viernes, 11 de agosto de 2023

Tuvimos muchos señores...

Tuvimos muchos señores,
tuvimos hienas y tigres,
tuvimos águilas y cerdos.
Y a todos los alimentamos.
Mejores o peores, era lo mismo:
la bota que nos pisa es siempre una bota.
Ya comprendéis lo que quiero decir:
no cambiar de señores, sino no tener ninguno.
Sigue la rueda girando.
Lo que hoy está arriba no seguirá siempre arriba.
Mas para el agua de abajo, ay, esto sólo significa
que hay que seguir empujando la rueda.

de Bertolt Brecht,
en Un pulso que golpea las tinieblas, Partido de la Revolución Democrática (PRD-DF)/Para Leer en Libertad A.C., 2012. 

lunes, 10 de julio de 2023

REFUGIO

REFUGIO

UN remo reposa en el tejado. El viento moderado
no se llevará la paja.
En el patio han clavado palos
para el columpio de los niños.
Hay dos repartos de correos, aquí
donde las cartas serían bienvenidas.
Bajan por el estrecho los transbordadores.
La casa tiene cuatro puertas, para salir huyendo.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.
Traducción de José Muñoz Millanes.

martes, 13 de junio de 2023

LA COMPRADORA

LA COMPRADORA

SOY una anciana.
Al despertarse Alemania
recortaron las pensiones. Mis hijos
me daban dinero de vez en cuando un dinerillo. Pero yo ya
no podía comprar casi nada. Al principio
iba menos a las tiendas donde antes compraba a diario.
Pero un día me lo pensé mejor y volví
a diario a la panadería y a la verdulería
como antigua clienta.
Escogía cuidadosamente entre los comestibles
y no me llevaba ni más ni menos que antes:
añadía los panecillos al pan y los puerros al repollo y sólo
cuando me hacían la cuenta, lanzaba un suspiro
rebuscaba con mis rígidos dedos en el monedero
y confesaba, sacudiendo la cabeza, que no me alcanzaba el dinero
para pagar aquellas pocas cosas y, con nuevos movimientos de cabeza,
salía de la tienda, a la vista de los parroquianos.
Y me decía:
si todos los que no tenemos nada
dejamos de aparecer donde se exhibe la comida,
podrían pensar que no necesitamos nada.
Pero si venimos y no podemos comprar nada,
se sabrá cómo están las cosas.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.
Traducción de José Muñoz Millanes.

domingo, 14 de mayo de 2023

DE TODOS LOS OBJETOS

DE TODOS LOS OBJETOS

DE todos los objetos los que más me gustan
son los usados.
Las perolas de cobre con abolladuras y los bordes achatados
los cuchillos y tenedores con sus mangos de madera
desgastados por tantas manos: tales formas
me parecen las más nobles. Las lanchas de piedra alrededor
de las casas viejas,
pulidas por el paso de tantos pies
y entre las que crecen mechones de hierba,
también son obras felices.

Puestos al servicio de los muchos
a menudo alterados, estos objetos han ido perfeccionando su figura
y se han vuelto preciosos
de tanto como han sido disfrutados.
Hasta los pedazos de escultura
con sus manos cortadas me encantan, como si
estuvieran vivos. Pues antes de dejarlos caer, hubo quien los sostuviera
y se erguía sin exceso antes de que los derribaran.

Los edificios medios en ruinas
vuelven a tener el aspecto de grandiosos proyectos
aún sin terminar: ya se adivinan
sus bellas proporciones, aunque sólo sea gracias
a nuestro entendimiento. Además
quedan superados, tras cumplir su cometido. Todo lo cual
me llena de felicidad.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.
Traducción de José Muñoz Millanes.

miércoles, 19 de abril de 2023

LO QUE QUEDA DE LOS VIEJOS TIEMPOS

LO QUE QUEDA DE LOS VIEJOS TIEMPOS

La luna, por ejemplo, todavía asoma
por las noches encima de los edificios nuevos
(de todos los objetos de cobre
ella es el más inservible). Ya
las madres cuentan historias de unos animales
que tiraban de los carros, llamados caballos,
que por supuesto no figuran con su nombre
en las comunicaciones intercontinentales:
las grandes antenas nuevas
ya no transmiten noticias
de los viejos tiempos.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.
Traducción de José Muñoz Millanes.

lunes, 20 de marzo de 2023

CUANDO ME HICE RICO

CUANDO ME HICE RICO

FUI rico durante siete semanas de mi vida.
Con las ganancias de una obra de teatro me compré
una casa rodeada de un gran jardín. Dediqué
a inspeccionarla más semanas de las que viví en ella. A distintas
horas del día
y también de la noche pasaba a su lado para ver cómo
los viejos árboles se elevaban sobre las praderas al romper el alba
o cómo caía la lluvia matinal sobre el estanque con las carpas musgosas
para ver los setos a pleno sol de mediodía
y los rododendros blancos al atardecer, después del toque de vísperas.
Más tarde me mudé a ella con mis amigos. Estacioné el coche
bajo los abetos. Miramos a nuestro alrededor: desde ningún lugar
se abarcaban los confines del jardín, los céspedes en pendiente
y los grupos de árboles impedían que los setos se miraran entre sí.
La casa también era hermosa. Las escaleras de madera noble,
sabiamente provistas
de peldaños bajos y bien proporcionadas barandillas. Las habitaciones
blanqueadas
tenían artesonados en el techo. Gigantescas estufas de hierro
de elegantísimas formas ostentaban figuras repujadas:
campesinos trabajando.
Al fresco vestíbulo, con sus bancos y mesas de roble
se accedía por sólidas puertas, cuyas manijas de bronce
habían sido cuidadosamente escogidas, y las lajas que rodeaban
la casa ocre
estaban lisas y hundidas por las pisadas
de sus anteriores habitantes. ¡Qué proporciones tan
satisfactorias! ¡Cada habitación distinta de las otras
y a cada cual mejor! ¡Y cómo iban cambiado todas ellas
según el momento del día!
El cambio de las estaciones, sin duda exquisito, no llegamos
a apreciarlo, ya que
después de siete semanas viviendo como ricos abandonamos
la propiedad para en seguida
huir cruzando la frontera.
El placer de ser propietario lo sentí profundamente y me alegro
de ello. Caminar por mi jardín, tener invitados
discutir proyectos de construcción, como otros de mi profesión
antes que yo
me gustaba, tengo que reconocerlo. Pero siete semanas
me parece suficiente.
Me fui sin una queja, o sin apenas quejarme. Y al escribir esto
ya me costaba trabajo recordarlo. Cuando me pregunto
cuántas mentiras hubiera estado dispuesto a decir
para conservar esta propiedad
me doy cuenta de que no muchas. Así que espero
que no me haya hecho daño tenerla. No fue
poca cosa, pero
las hay más importantes.

de Bertolt Brecht,
en Poemas del lugar y la circunstancia, Pre-textos, 2003.
Editor digital Titivillus (epulibre), 2022.
Traducción de José Muñoz Millanes.

sábado, 18 de febrero de 2023

CONTRA LA SEDUCCIÓN

CONTRA LA SEDUCCIÓN

No os dejéis seducir: no hay retorno alguno.
El día está a las puertas,
hay ya viento nocturno:
no vendrá otra mañana.
No os dejéis engañar
Con que la vida es poco.
Bebedla a grandes tragos
porque no os bastará
cuando hayáis de perderla.
No os dejéis consolar.
Vuestro tiempo no es mucho.
El lodo, a los podridos.
La vida es lo más grande:
perderla es perder todo.

de Bertolt Brecht,
en Un pulso que golpea las tinieblas, Partido de la Revolución Democrática (PRD-DF)/Para Leer en Libertad A.C., 2012.

miércoles, 11 de enero de 2023

El columpio

El columpio

Conozco bien este sistema.
La gente también lo percibe externamente
aunque todavía ignora su mecanismo.
Algunos –pocos- resulta que se encuentran
sentados en lo alto
mientras otros, la mayoría, están abajo.
Los de arriba gritan: ¡Subid,
para que todo el mundo pueda estar arriba!
Pero al mirar el asunto detenidamente la gente ve
algo extraño; lo que parece un camino
en verdad es como un tablón,
Se ve nítidamente
que se trata de un columpio.
Todo el sistema es un juego de balancín
cuyos extremos dependen uno del otro.
Los de arriba sólo pueden estar en lo alto
a costa de que los demás se encuentren abajo
y permanezcan ahí.
Porque si abandonasen su lugar
pretendiendo subir,
los de arriba verían tambalear el sitio que ocupan.
Resulta pues inevitable que los de arriba deseen
que los de abajo, por toda la eternidad,
permanezcan en el mismo sitio,
sin poder ascender.
Además, es necesario que los de abajo sean
muy numerosos, para que el tablón no se mueva
pues podría desequilibrarse toda la situación
al tratarse de un sistema de sube y baja.

de Bertolt Brecht,
en La poesía como herramienta, Edición del Foro "La poesía como herramienta", 2018.

miércoles, 28 de diciembre de 2022

La pira de libros

La pira de libros

Cuando el régimen ordenó
que fuesen quemados públicamente
los libros que contenían saberes perniciosos,
y por doquier
los bueyes arrastraron carretas repletas de libros
para alimentar las hogueras, un poeta perseguido,
uno de los mejores,
revisando la lista de los textos condenados
descubrió, horrorizado, que los suyos
habían sido olvidados. Encolerizado, corrió velozmente
hasta su mesa, a escribir una carta a los amos del poder:
¡Quemen mis obras!, escribió apresuradamente.
¡Quémenlas!
¡No me hagan una cosa así! ¡No me marginen!
¿Acaso no expresé siempre la verdad en mis libros?
¡Y ahora me tratan como mentiroso! Os lo exijo:
¡Quemadlos!

de Bertolt Brecht,
en La poesía como herramienta, Edición del Foro "La poesía como herramienta", 2018.