De sudor (o la mentira de la meritocracia)
El sudor de su frente
Miró al cielo
Y pidió explicaciones:
“¿Por qué no tuve sentencia?
¿Por qué no tuve juicio?
Nadie me ha acusado,
Nadie me ha condenado…”
Y, sin embargo,
Se sentía, en su trabajo,
Confinado.
Por Félix Sánchez Durán.
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