Mis caídas
De crío caí de la cuna.
Alborotados mis padres
Me llevaron al hospital
Y allí pudieron constatar
Que estaba bien.
De chico me caí del triciclo.
Lloré como llora un niño
Pero al rato, paré.
Me subieron al triciclo nuevamente
Y pedaleé.
De adolescente me caí de un caballo
Y dejé los dientes marcados
En el potrero de arena
En el que hacía equitación.
Sólo el orgullo me dolió
Pero volví a cabalgar.
Ya de grande,
Y con todo lo vivido,
Me caí de una ilusión.
De eso, no me recuperé
Nunca más.
Por Félix Sánchez Durán.
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